La sangre es una sustancia determinante para la vida, no solo por ser necesaria para que nuestro cuerpo funcione, sino porque, si se tiene la sangre pesada entonces no se le cae bien a nadie, en cambio si somos de sangre ligera, seguramente todos querrán pasar tiempo con nosotros. Así mismo, algunos nos hacemos mala sangre cuando la situación no va bien, o cuando nos enojamos o nos estresamos de más.
Esta expresión es muy curiosa, porque se trata de un verbo pronominal,“hacerse”, el cual implica que nosotros nos hacemos, a nosotros mismos, una sangre de ¿mala calidad?
Lo más probable es que de origen la frase se asocie con problemas vasculares, como presión alta o baja que afecta a las personas en momentos de preocupación, enojo o ansiedad y que por lo tanto acaba en váguidos o patatuses. ¡No te hagas mala sangre!