La escuela es un espacio en el que niños y jóvenes aprenden no solo cuestiones académicas, sino en la que desarrollan habilidades, hábitos y aprendizajes que los acompañarán a lo largo de su vida. Quizá por eso es que para muchos docentes y en general para muchas personas, las reglas que se presentan en la escuela, las políticas de los maestros y su naturaleza estricta son buenas enseñanzas para el futuro. Una visión que además repetimos continuamente a los alumnos, con frases como “en la vida real no los van a esperar” o “tienen que aprender porque allá afuera no hay segundas oportunidades”, éstas se utilizan con frecuencia y demuestran lo que pensamos muchos adultos, que en la escuela se forma algún tipo de carácter para el futuro.
Sin embargo, estas políticas estrictas podrían no enseñar realmente lo que queremos transmitir a los alumnos, sino motivar su indiferencia o hacerles creer que no vale la pena esforzarse una vez que han fallado. En realidad, cultivar una mentalidad de crecimiento es más importante, demostrarles que equivocarse o fallar en un examen, por ejemplo, no los hace malos estudiantes, ni demuestra algo acerca de sus capacidades, sino que son oportunidades de aprendizaje, para reflexionar y aprender un poco más.
Con esto en mente es que muchos docentes abren las oportunidades para que sus alumnos realicen sus exámenes en una segunda oportunidad, para entregar trabajos corregidos por segunda vez o incluso permitir que lleguen tarde esas entregas, no para fomentar su irresponsabilidad, sino para acompañarlos a través del aprendizaje.
Quizá para muchos, pensar en una segunda oportunidad para responder un examen va en contra de la naturaleza del examen en sí mismo, especialmente si se ve la obtención de calificaciones como una competencia o el fin de la enseñanza. Sin embargo, es necesario recordar que en realidad las evaluaciones no son los objetivos, sino una herramienta para saber cuánto han aprendido los alumnos, para saber en dónde necesitan reforzar conocimientos y cuánto han comprendido, por lo tanto, deberían ser también una oportunidad de mejorar.
Al permitirles a los alumnos mejorar su calificación con una segunda oportunidad para presentar un examen, los alumnos pondrán atención a sus errores, no solo verán la calificación, sino que tendrán una guía para saber qué temas necesitan repasar o practicar, además de transmitirles que equivocarse no es algo malo, sino un paso más en el crecimiento. Que al final es la razón por la que están en la escuela, se preparan para el futuro.
Claro que esto no significa que los alumnos deban tener la posibilidad de repetir cuantas veces quieran, entregar trabajos cuando ellos quieran o corregir tareas indefinidamente, se trata de motivarlos a observar y reflexionar sobre lo que han presentado, motivarlos y entender que son humanos, por lo que un mal día y un mal examen no deben significar una mala vida. Así que es importante establecer políticas flexibles, pero claras para llevar a cabo este tipo de aprendizajes.
Es importante que sepan cuál es el proceso en tu clase para hacer este tipo de correcciones o repeticiones, las fechas o los lapsos en los que deberán presentarlos. Háblales de la naturaleza de las dos oportunidades, en que serán diferentes y con cuánto tiempo de diferencia.
También es importante que sepan los alumnos por qué se hacen este tipo de ejercicios, motívalos a repetir un examen sin importar cuál fue su primer resultado, para que se atrevan a dar un poco más de sí mismos, revisa con ellos los errores de las primeras oportunidades para que aprendan cómo trabajar en ellos y no solamente se trate de un tema de suerte.
Es necesario también que ellos sean conscientes de lo que intentas enseñarles, diles el porqué de tus decisiones y de la empatía hacia sus procesos que esto lleva consigo. Es necesario que todos estén en el mismo canal y que aprendan de la mentalidad de crecimiento aunque futuros docentes no lo vean así, es un concepto que se llevarán consigo.
¿En tu clase permites que los alumnos mejoren sus exámenes o tareas una vez entregados? ¿Crees que un cambio en la visión de las cosas podría ayudarlos a sentirse mejor o a esforzarse más? ¡Comparte con nosotros tus ideas!