Cuando preguntas por alguien que pasó a mejor vida o que, tal vez, no le fue bien en un examen, reprobó una materia, lo sacaron de un equipo, esta respuesta está a la mano. ¡Ya chupó faros!” es la expresión perfecta, pero ¿por qué decimos esto? Se trata de una frase muy mexicana, que, se cree, tiene origen en la época revolucionaria, aunque otros piensan que fue durante la Guerra Cristera. El contexto es el mismo: un condenado a muerte enfrenta el fusilamiento, pero como última muestra de bondad le cumplen un deseo. Él desdichado pide, como voluntad final, el placer de fumar un cigarro. En esa época los Faros (originarios de Irapuato) eran muy populares, envueltos en papel de arroz, económicos y mexicanos eran una marca muy popular de cigarrillos. Con el tiempo “chupar Faros” se convirtió en un sinónimo de una muerte próxima.