Un frecuente dicho español que se utiliza para indicar que alguien será castigado o tendrá que pagar algo de forma injusta, por algo que no cometió. Y aunque los animales son frecuentes en el habla del mexicano, este dicho tiene un origen español.
Según fuentes expertas en etimología y que han rastreado el uso del dicho nos dicen que allá en el siglo XVI los cristianos de España, comenzaron a hacer mofa de la creencia judía de que este pueblo tiene un pacto con Dios, por lo que en las sinagogas les decían que ahí “pagarían el pacto”. Esta frase se deformó poco a poco, como muchas cosas en las lenguas, hasta llegar al actual pato.