Cuando alguna cosa o incluso un objetivo conlleva un alto precio nos complacemos de usar la expresión “costar un ojo de la cara”, que básicamente hace referencia a un altísimo importe que no siempre estamos dispuestos a pagar, porque la verdad, quién querría dar un ojo a cambio de cualquier cosa.
Esta frase se le atribuye a un conquistador español llamado Diego de Almagro, quien luchó contra el imperio Inca a nombre de la corona española y quien, supuestamente en algún momento, expresó al rey Carlos I que esa conquista le había costado un ojo de la cara. Literalmente, pues Almagro perdió un ojo durante las batallas. Nada de exageraciones.