Ser extrovertido es una característica generalmente, muy apreciada por la sociedad, pues quienes naturalmente conversan, son risueños y un poco ruidosos suelen llamar la atención de las personas y obtener retroalimentación, por lo que suele exigirse de los niños que sean más sociables, aunque esta podría no ser su naturaleza. Esto podría ser contraproducente para su aprendizaje y su desarrollo, pues estarán cansados constantemente y se sentirán presionados.
Ser introvertido y ser tímido
Una de las cosas que se deben distinguir primero es que la introversión y la timidez no son la misma cosa. La clave es cómo recargan baterías las personas, los extrovertidos recuperan energía al estar con otras personas, mientras los introvertidos se recuperan al estar a solas, y estar en grupo los cansa demasiado. Se trata de una característica neurológica. Por otro lado, ser tímido puede deberse al miedo, cuando alguien teme la desaprobación social puede volverse retraído, sin importar si se trata de alguien extrovertido o introvertido, esto se relaciona con la inseguridad más que con una característica personal.
Los introvertidos necesitan espacio
Un introvertido puede divertirse al estar con personas; cuando participan en clase, muchas veces, hacen comentarios maravillosos y tienen muchos amigos, pero también son pequeños que buscan estar a solas, necesitan espacio para recuperar su energía, por lo tanto requieren momentos para sí mismos, lejos del bullicio. Sin embargo, el mundo está dominado por personas mayoritariamente extrovertidas, pues su gusto por la socialización suele ser bien recompensado.
Salir del caparazón
Debido a esta preferencia por las personas extrovertidas en el mundo, los maestros y los padres suelen tratar de que los niños sean más amigables cuando llegan a apresentar características de introversión; el trabajo en el salón de clases y la casa los obliga a trabajar en grupo y a mantener el contacto social durante varias horas al día. Muchas veces se les obliga o se fomenta la convivencia, se busca que dejen atrás lo que creemos es timidez, cuando no necesariamente es así. En esos casos vale la pena conocer al pequeño antes de obligarlo a hacer cosas que podría no necesitar.
¿Cómo apoyarlos?
Aunque no podemos crear métodos de enseñanza distintos para cada persona, podemos hacer algunas adecuaciones que beneficiarán a todos los alumnos, por ejemplo, fomentar el trabajo en equipo, pero permitir también el trabajo individual, reducir los grupos de trabajo, para ayudar a quienes no les gusta tanto la convivencia social y darle espacios tranquilos a quienes lo requieran, para esto es útil dar opciones, reservar algunos minutos en el día para actividades silenciosas podría ayudarlos a recuperar la energía perdida y fomentar un mejor desarrollo.
El espacio en el salón de clases
Reservar un rincón en nuestra aula para permitirle a los estudiantes introvertidos recuperarse de la socialización es un elemento que podría hacer la diferencia, una esquina del salón de clases con una silla acomodada para disfrutar un momento de silencio o incluso permitirle a los estudiantes ocupar la orilla de las filas de asientos podría generar ese espacio para ellos mismos que requieren.
¿Tienes algún alumno introvertido o tu mismo te reconoces como introvertido? ¿Cómo recargas baterías?