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Piensa en un momento agradable que hayas pasado en casa, tú solo o en compañía de tu familia, con una taza de chocolate o café, piensa en una sobremesa de diciembre, con ponche recién hecho y la familia tranquila. ¿Conoces esa sensación?
Dinamarca fue recientemente ubicado como el país más feliz del mundo y quizá debido a ello la gente ha tenido el interés de conocer su cultura, para descubrir los secretos de su felicidad. Por eso el término hygge se ha convertido en una moda a nivel mundial, pero una de esas modas que deseamos se quede para siempre. Hygge es una palabra que no tiene traducción al español ni a muchos otros idiomas, pero describe justamente la sensación de dicha, una mezcla de felicidad, tranquilidad y comodidad, en un ambiente apacible y hogareño. Esto quizá se relaciona con que en Dinamarca el invierno es muy frío, incluso deja a la población con solo cuatro horas de sol al día, por eso la gente pasa mucho tiempo al interior de sus hogares y el hygge se da por naturaleza.
Este término y su apacible significado ha entrado en la órbita de quienes desean ser más felices y es que no es necesario vivir un invierno danés para sentirse cómodo, ni esperar a la época de frío (aunque podemos aprovechar que el otoño ya llegó). Aunque estamos seguros que la felicidad de los daneses radica en muchas otras cosas, ellos mismos reconocen que el hygge es una parte esencial de su vida diaria. Incluso existe un lapso dedicado a esto en las escuelas, horas en las que sentirse dichoso, acompañado y en paz son un requisito escolar. aquí te damos algunas ideas para llevarlo a tu salón de clases y de paso a tu vida diaria.
¿Por qué importa el hygge?
Tal vez sea un término más que está de moda, pero la verdad es que el hygee, por sí mismo, es una gran oportunidad para todos, pues “practicarlo” te regalará momentos de relajación para ti mismo y para tu familia. Esto por sí mismo es benéfico para tu salud, emocional y física, pero si a eso agregas la comodidad y la tranquilidad de esos espacios sin duda te servirán para mejorar la relación con tus seres queridos o contigo mismo.
¿Emplearlo en la escuela?
La verdad es que el hyggen no es solo frío, olor a madera, bebidas calientes y silencio, aunque esas sean características importantes en Dinamarca. En realidad se trata de mucho más, se trata sí de relajación, pero de estar en sintonía con uno mismo y dejar de lado las preocupaciones. De sentirse cómodo y sentir que se pertenece a ese espacio que habitamos, seguro, abrazado y feliz.
Tradiciones escolares
Establecer tradiciones en el salón de clases es una bella manera de hacer comunidad entre tus alumnos, algo que solamente compartan los alumnos que toman clase contigo los ayudará a crear vínculos. Un día para motivarse entre todos o hacer propósitos semanales, un día para leer poesía o contarse chistes son pequeñas tradiciones que podrían hacer tu salón de clases más hogareños.
Un día para compartir
Entre esas tradiciones puedes incluir una que sirva para que tus alumnos compartan algo. Si de vez en cuando tus alumnos comparten un pastel o preparan alguna bebida (aunque sea fría) dentro del salón podría dar pie a una convivencia fraterna agradable. Designa un día o un horario en el que todos puedan compartir alguna anécdota mientras comen pastel y se conocen mejor, la idea es que aprendan a compartir y sentirse cómodos.
Cambia el ambiente
En esos mismos momentos puedes agregar pequeños detalles que cambien la atmósfera de tu salón, bajar las luces y encender pequeñas lámparas dará una sensación de intimidad entre todos, mientras todos cuentan historias coloca una varita de incienso o una vela aromática que los transporte a todos a otro momento. Utiliza un poco de música y dale a tu salón de clases un ambiente tranquilo y apacible.
“Buena onda” para todos
Otra tradición que puedes poner en tu salón de clases es establecer un día de actos amables hacia otras personas, dinámicas en donde todos tus alumnos lleven a cabo un acto pequeño que le levante el ánimo a alguien más, hacer un cumplido, ayudar a cargar algo, regalar un dulce, pueden hacerlo con sus compañeros dentro del salón o extenderlo a la comunidad. Más tarde pueden compartirlo en su día de contar anécdotas con todos sus compañeros. Esta es una buena manera de hacerse cómplice de ellos de una manera muy especial.
¿Te parece que es una buena idea para implementarla en tu salón de clases? ¿Y si te regalas una tarde de hygge para ti y tus alumnos? ¡Cuéntanos qué te parece!