Tú y: personas han leído este artículo.
La educación forma parte de uno de los momentos más importantes para el desarrollo del ser humano, el crecimiento, la infancia e incluso la adolescencia son etapas en las que las personas aprendemos a convivir con otros, formamos nuestra personalidad, nuestra autoestima y aprendemos que somos parte de una comunidad, aunque somos individuos.
La escuela es y siempre ha sido ese espacio en el que conocemos la dinámica de la comunidad en un ambiente seguro, rodeados de compañeros de nuestra edad, con adultos que nos guían a través de las nuevas experiencias y nos enseñan sobre el mundo que nos rodea, por eso aprender que pertenecemos.
Más allá de la dinámica que establezcamos en clase, para crear una comunidad en la que todos los estudiantes sientan que pertenecen es importante verlos, saber que existen e interesarnos por los problemas o retos que podrían enfrentar. Esto no siempre es sencillo, especialmente si tenemos una clase de más de 30 alumnos o en condiciones como las actuales, con la educación a distancia, sin embargo debemos recordar que como docentes también somos parte de la comunidad educativa y tenemos pares a los que podemos acudir.
Conversa con docentes que hayan tenido anteriormente a tus estudiantes, sin duda algunos habrán notado algunas cosas, mientras que otros habrán observado más a detalle otras áreas, tú también comparte lo que has aprendido de tus estudiantes y juntos formen una comunidad.
El primer paso para crear un ambiente en el que todos los alumnos sientan que forman parte de algo, de una comunidad, es reconocer la individualidad de cada uno de ellos, asumir las diferencias y hacer de esto el puente para la conexión entre todos ellos. Esto significa ser capaces de reconocer que cada estudiante es diferente y que a muchas características se asocian palabras o ideas que no siempre son las más halagadoras, pero que muchas veces se trata de prejuicios.
Permite que tus alumnos hablen de sí mismos y reconozcan sus diferencias, pero desde un punto de vista informado, abierto y receptivo. Es mucho mejor dejar que un alumno hable de lo que lo hace diferente con la apertura y la aceptación de un mensaje informado y no que se divulgue información falsa o incorrecta desde el tabú o el miedo.
Para lograr esto se requieren espacios en el salón de clases que no estén dedicados solamente a la enseñanza desde el punto de vista académico, aunque eso puede parecer que el poco tiempo que tenemos para la enseñanza se transforma en simples convivios, necesitamos ver a la escuela más allá de las materias que imparte, sino como ese espacio de la comunidad. Por ello es importante que en tu aula existan espacios abiertos, donde los alumnos puedan ahblar de ellos mismos y expresar opiniones, temores y expectativas de forma personal, pero en un ambiente seguro.
Para lograr un ambiente verdaderamente seguro es necesario que tú como docente analices tus propios prejuicios y deconstruyas las barreras que te alejan de otras personas, además de agregar el interés personal en cada uno de tus estudiantes. Esto no quiere decir que tengas que hacerte amigo íntimo de los alumnos, pero sí que seas receptivo con ellos y te intereses por quiénes son, qué les interesa y qué los hace diferentes.
Comparte con ellos un poco de ti, háblales de tu propia experiencia y deja que ellos se acerquen a ti. Para ser un adulto confiable debes ser un adulto consistente con sus palabras, procura siempre cumplir lo que dices y evita los cambios bruscos en tu rutina diaria o en tu trato con ellos.
La educación ha cambiado mucho en los últimos meses, por lo que hemos tenido que innovar en poco tiempo. Crear una comunidad a la distancia puede ser mucho más complejo, pero es aún más importante, solo así lograrás que tus alumnos no se desanimen o abandonen las clases. ¿Cómo hacerlo?
Crea reglas y expectativas claras, háblales de lo que está permitido, de lo que no y de por qué son estas reglas, siempre sigue al pie de la letra tus propias palabras y evita las excepciones a las reglas generales. Sin embargo, admite tus propios errores y siempre habla del por qué de las cosas.
Trabaja proyectos donde colaboren entre ellos, aunque puede ser difícil, dales opciones para manifestarse y ser creativos con sus compañeros.
Crea tradiciones en tu aula, aunque sea a la distancia procura felicitar a tus alumnos en sus cumpleaños, realizar viernes de películas o momentos para reconocer las fortalezas o el crecimiento de los otros, aunque sea a la distancia podemos tener detalles que hagan la diferencia.
¿Cómo haces que tu salón de clases sea una comunidad fuerte y unida? ¡Comparte con nosotros estas ideas y tus experiencias!