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Una de las partes más complejas del trabajo en el aula es la motivación y la atención de los estudiantes a lo largo de las horas de clase, hoy en día, cuando tenemos la oportunidad de trabajar con los estudiantes en sesiones de video llamadas este continúa como el gran desafío para los docentes, pues en la computadora o el celular existen muchos elementos que distraen a los alumnos con mucha facilidad, el hecho de estar en casa, rodeados de ambientes llenos de comodidades o de distractores puede hacer aún más complejo el tiempo que pasamos en clase con ellos, que de por sí suele ser poco.
¿Cómo podemos aumentar la motivación de los alumnos en el aula? ¿Cómo aumentar su umbral de atención para aprovechar estas sesiones al máximo? Aquí te damos algunas ideas para que no tengas alumnos distraídos o apáticos durante tus sesiones en línea.
Al comenzar la sesión dales tiempo de entrar en ambiente, no es lo mismo el periodo de transición que tienen los alumnos en la escuela, pues llegan al edificio, conviven en el patio, ingresan a los salones, se acomodan en sus asientos, saludan a sus compañeros y al docente. Todas estas acciones preparan al cerebro para comenzar la clase e incluso en ese ambiente sería ideal iniciar con una actividad como calentamiento. En el caso de una sesión a distancia es más difícil prepararse para una clase, algunos quizá saltan de la cama directo a la sesión y algunos otros tratan de hacer varias cosas a la vez, como responder mensajes o jugar mientras “ponen atención” a la clase.
Por ello lo ideal es preparar la mente antes de llegar a los temas más importantes, al proponer distintos juegos como primer actividad en tus sesiones lograrás captar su atención y darle al cerebro tiempo de ajustarse al cambio de ambiente. ¿Qué tipo de juegos? Depende un poco de la edad de tus alumnos, pero en general juegos de coordinación, música o atención podrían servirte, pídele a tus alumnos que sigan un ritmo con las manos, que sigan el ritmo de una canción o utiliza juegos de memoria, como cadenas de palabras que aumentan con los turnos, donde cada alumno debe repetir las palabras que han dicho todos sus compañeros antes que ellos. Esos juegos los obligarán a prestar atención, se divertirán unos minutos y cambiarán el botón de su cerebro, de lo hacían antes de conectarse a la clase.
La mayoría de las aplicaciones que usamos para las videoconferencias tienen un chat escrito, algunas incluso permiten realizar encuestas cerradas con opciones que saltan en la pantalla de los participantes. Con estas herramientas puedes pedirle a tus alumnos que participen en la clase aún si no tienen micrófono o cámaras activas, y el cerebro se mantendrá activo en reflexiones o al practicar la memoria. En ciertos momentos de la sesión haz preguntas específicas para que tus alumnos respondan por medio del chat, ya sea para pedirles su opinión personal sobre el tema o preguntas cerradas con una respuesta correcta. También puedes preparar de antemano encuestas que puedes lanzar en diferentes momentos sin interrumpir tu exposición o la de tus alumnos, si es que alguno presenta algo en la sesión.
Por más que tengamos poco tiempo para entablar comunicación con los estudiantes, de nada servirían sesiones en las que los estudiantes pongan poca atención, por ello es importante que cambies de actividad cada cierto tiempo y entre ellas hagas pausas cerebrales, una canción para bailar, dos minutos de respiración consciente, pequeñas activaciones físicas con saltos y movimientos coordinados o incluso juegos como sopas de letras que prepares de antemano en una pantalla compartida pueden servir para mantener activo el cerebro de los estudiantes, motivados para continuar con la clase y atentos a lo que ocurre en la sesión.
Para muchos alumnos la rutina es muy importante, ya que les ayuda a estructurar pensamientos y a sentirse seguros con el desenvolvimiento de la clase. Establece al inicio de la sesión lo que ocurrirá o dales de antemano un programa que indique las actividades que tendrán, entre más estructurado y detallado sea mejor para tus estudiantes. Así sabrán cuánto tiempo deben mantenerse atentos a lo que dices, cuántas actividades tendrán en el día y otras expectativas que podrían causar temor o ansiedad se verán establecidas.
Para los estudiantes, las expectativas de concentración o comportamiento pueden parecer imprecisas, por lo que se abre la oportunidad de que se distraigan o se preocupen de más. Crea un reglamento en el que dejes muy claro si los micrófonos o las cámaras deben encenderse, cuándo deben hacerlo, en qué consiste una buena participación en clase, cuántas preguntas deben contestar a lo largo de la clase, si deben entregar algún apunte o resume posterior o si tienen permitido saltarse algunas actividades que les causen ansiedad. Todo eso ayudará a que los estudiantes más distraídos sepan cuáles son las actividades con las que deben cumplir y los más ansiosos podrán prevenirse en momentos de tensión. Recuerda ser flexible y establecer prioridades, aunque nos gustaría tener a los alumnos con toda su atención durante la sesión, quizá para algunos sea más complicado, así que no dudes en hacerlos partícipes de este reglamento y procura darles opciones diversas para cumplir con los requerimientos más básicos.
¿Has enfrentado momentos con alumnos apáticos o demasiado distraídos en las sesiones en línea? ¿Qué estrategias has puesto en marcha para estas situaciones? ¡Comparte con nosotros!