Las historias son la forma en que nuestro cerebro está acostumbrado a entender el mundo, a través de una estructura básica de narración, con un principio, un nudo y un desenlace. El ser humano ha contado historias desde el principio de los tiempos y en general una buena historia hace que nuestra atención se enfoque solamente en querer escuchar el final de esa narración.
En los últimos años el mundo de la publicidad y en general de los medios de comunicación se ha dado cuenta de la importancia de contar historias para atraer la atención de las personas, una técnica muy eficiente para mantener la atención de un público en un mundo que se mueve a gran velocidad.
Y el salón de clases no es la excepción.
Nuestros alumnos están muy acostumbrados ya a un mundo lleno de estímulos visuales y auditivos que les cuentan muchos tipos de historias. Por ello, usar el llamado storytelling al interior de la clase puede ser una gran herramienta, no solo para llamar su atención y mantenerlos atentos, sino para conectar con ellos de forma emocional e intelectual.
Las historias tienen varias características que nos enganchan, desde la posibilidad de identificarnos con un personaje, comprenderlo, empatizar con sus emociones, hasta la estructura tradicional de las historias que nos abre la puerta al viaje de un héroe común a todos los seres humanos y todas las culturas, ese viaje por el que seguimos a un elegido que enfrenta diversas pruebas para salir fortalecido tras haber cumplido su misión.
Contar historias en el salón de clases no solo es una técnica que te puede servir para transmitir información a tus alumnos, sino para hacerlos partícipes de su propio proceso educativo. Puedes explorar con ellos la creación de historias, con las que pueden indagar entre contextos históricos, reglas gramaticales y ortográficos e incluso conceptos abstractos como en las matemáticas o las ciencias. Si te involucras con tus alumnos en la creación de historias su atención despertarás su entusiasmo por participar y más allá de la memorización, el aprendizaje que obtengan quedará plasmado en su memoria, así como en sus emociones.
Otro aspecto positivo de la aplicación de narrativa en el salón de clases es el desarrollo y fortalecimiento de la empatía. Los personajes que habitan las historias, sus problemas, las emociones que transitan tienen el poder de ayudarnos a entender, observar y reflexionar sobre nuestras emociones. El aspecto emocional y social no es sencillo, en la escuela tenemos nuestras primeras experiencias lejos del núcleo familiar y muchas emociones afloran al interior del salón de clases. Las historias son un gran lugar para sondear todo esto, pensar un poco más en los otros, vivir experiencias a través de los personajes.
Afortunadamente contamos historias en cualquier formato y un docente es en esencia un narrador que involucra en sus clases mucho más que la información que desea transmitir, pues está sobre un escenario frente a un público exigente. Pero para la creación de historias, hoy en día, disponemos de muchos recursos que nos pueden ayudar aún más a conectar con nuestros alumnos.
Grabar cortometrajes sencillos con los celulares, tomar fotografías, dibujar tiras cómicas, convertirnos en cuentacuentos. Todas son oportunidades de incluir el storytelling, tanto para nosotros como para que nuestros alumnos ejerciten creatividad, organización y pongan en práctica los conocimientos del salón de clases.
¿Crees que el storytelling podría ser una herramienta útil para tus clases?