El trabajo en la escuela y el éxito de los alumnos no dependen solamente de los maestros o de las autoridades al interior de la escuela, para que todos los estudiantes puedan desarrollar sus capacidades al máximo y sortear las dificultades es necesario que se forme un equipo entre todos los implicados: docentes, padres, autoridades y los propios alumnos.
Formar esta alianza no siempre es sencillo, en ocasiones la visión que los adultos tienen de la educación puede obstaculizar la construcción de un vínculo entre partes, pero como docentes podemos tener algunas estrategias para formar ese puente los padres de familia y la escuela.
Es verdad que al enfrentar una situación difícil, conductas desafiantes, malas notas o irresponsabilidad lo primero que hacemos es contactar a los padres de familia, para conversar con ellos sobre lo que pasa con sus pequeños y para buscar ayuda, sin embargo estamos demasiado acostumbrados a que esa sea la razón para hablar con los padres.
Establecer una comunicación positiva acerca de la conducta y del esfuerzo que hacen los alumnos diariamente es muy importante para lograr que se involucren todos los participantes en el proceso educativo.
Como lo sugiere Lauren Huddleston de Edutopia, enviar de vez en cuando una nota o tener una breve reunión con los padres para destacar los aspectos positivos de nuestros estudiantes podría ser la mejor manera de construir buenas relaciones, además de crear bases para futuras reuniones o encuentros con los padres de familia en caso de que alguna situación se presente más adelante.
Otro aspecto positivo de esta clase de comunicación está en la posibilidad de resaltar algún rasgo de todos nuestros estudiantes, tanto de los que destacan por alguna razón, de los que tienen dificultades y de aquellos que muchas veces parecen pasar inadvertidos.
Esto nos servirá a nosotros como docentes para voltear a ver a cada uno de nuestros alumnos, escucharlos y apreciar lo que hacen. Además, los propios alumnos se sentirán reconocidos cuando reciban una observación positiva, lo cual los alentará a continuar por ese camino y fortalecerá su autoestima. Para los padres, que en ocasiones sienten ansiedad de no saber lo que ocurre en el salón de clases, será una gran oportunidad para saber que todo va bien en la escuela, además sentirán apoyo de parte del docente que los alienta y con sus hijos, que a veces también necesitan reconocer los aspectos positivos.
Enviar por lo menos una nota positiva a los padres de todos nuestros alumnos no siempre es sencillo. Pero también es una excelente oportunidad para que el docente cambie su perspectiva, que muchas veces se ve obligado a concentrarse en los aspectos más difíciles de la conducta de los alumnos o de sus retos en el aprendizaje. Al obligarnos a hacer una observación positiva nos ayudará a ver la mejor cara de nuestros estudiantes y del día a día.
Para hacer estas observaciones no es necesario que nuestros alumnos lleven a cabo algún hecho extraordinario, se trata de detenernos a observar su conducta diaria y descubrir esas pequeñas acciones que los hacen extraordinarios, desde sus habilidades en las actividades académicas, hasta su conducta con sus compañeros, su ambiente o sus particularidades personales, como aquello por lo que se apasionan.
¿Crees que darte la oportunidad de enviar notas positivas a los padres de familia puede ayudarte en el salón de clases?