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Ser docente es una de las aspiraciones más comunes si te acercas a un salón de primaria y le preguntas a los niños qué desean ser de grandes. Sin embargo, para muchos con el tiempo esta aspiración se diluye. Para algunos otros, en cambio, se convierte en un sueño y crecen con el deseo de estudiar para convertirse en docentes.
Muchas personas piensan que ser maestro es muy fácil, además de disfrutar muchas vacaciones y un gran horario de trabajo. Esto no es así, la carrera del docente está llena de desafíos, días difíciles y no tantas vacaciones como quisiéramos. Por ello quienes decidan integrarse a las aulas deben ser maestros conscientes de la gran responsabilidad que tienen y sentir pasión por su trabajo, pues los alumnos cuentan con su dedicación, esfuerzo y pasión.
Pero realmente ¿qué es lo más difícil de ser profesor? Hay muchos retos en esta profesión, pero aquí te decimos algunos de los temas más complejos que se podrían presentar en tu salón de clases.
Una parte que no podemos controlar nunca es el contexto en el que viven nuestros estudiantes. Y esto a veces implica conocer comunidades con muchos retos, desde su condición económica hasta problemas de desintegración al interior de las familias que sin duda afectan el desarrollo de las clases. Esta es una de las partes más complejas porque puede convertirse en un factor de mucho desgaste para un docente que busca solucionar aspectos lejos de su capacidad de acción. Así que una de las partes más importantes es identificar hasta dónde y de qué forma podemos crear un impacto en la vida de un alumno.
Hablar durante algunas horas de un tema específico es una cosa, pero crear ambientes de aprendizaje y retos para nuestros estudiantes es una completamente distinta. Para ello hay que aprender a conocerlos, escucharlos y mantenernos constantemente en aprendizaje, pues todos los días los niños cambian y todos los días se agregan herramientas e ideas para los salones de clase, pues la psicología, la pedagogía, la neurociencia y otras disciplinas aportan conocimientos nuevos constantemente. A eso hay que sumarle nuestra propia creatividad y mucho esfuerzo para lograr tener una clase dinámica y que despierte la curiosidad por aprender en los estudiantes.
Aunque ser docente es algo muy gratificante en cualquier nivel, también puede ser muy desgastante y agotador. Y es que sin importar todo el esfuerzo que pongamos, siempre hay algo más qué hacer para mejorar, en este caso algunos profesores podrían ceder a la frustración de saber que si se esfuerzan un poco más lograrán distintos alcances en su salón de clases, por lo que lograr un equilibrio entre la vida personal y el trabajo se puede volver muy complicado. Conocer nuestros límites y priorizarnos por encima del trabajo es complicado, pero necesario.
Esta no es una regla general, pero para muchos docentes la relación con los padres puede convertirse en un gran reto. Hacer equipo con ellos, escucharlos y lograr una buena comunicación con ellos es una de las partes más importantes en cualquier nivel de educación, pero también de las más difíciles, sencillamente porque existen padres que trabajan todo el día y que no logran tener contacto con la escuela o miles de razones distintas. En estos casos, como profesores, tener empatía y tratar de comprender su situación puede ayudarnos a entablar una relación exitosa con ellos, pero sí requiere su dedicación y esfuerzo.
Si estás pensando en convertirte en docente, te invitamos a nuestra comunidad en Facebook, en el grupo de Sala de Maestro encontrarás a muchos docentes que te escucharán y darán algunas ideas. ¡Entra!