La Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que las modalidades de producción y consumo insostenibles de los seres humanos llevan al planeta hacia su destrucción.
Los hogares, las pequeñas empresas y los proveedores de servicios públicos generan cada año entre 2.100 millones y 2.300 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos, que abarcan desde envases y equipos electrónicos hasta plásticos y alimentos.
Lamentablemente, los servicios de gestión de residuos en todo el mundo están mal equipados para hacer frente a esta situación: 2.700 millones de personas carecen de acceso a la recolección de residuos sólidos y únicamente entre el 61% y el 62% de los residuos sólidos urbanos se gestionan en instalaciones controladas. Es necesario que se tomen medidas urgentes para hacer frente a la crisis de los desechos.
El Día Internacional del Residuo Cero de este año hace hincapié en la necesidad de actuar en el sector textil y de la moda para reducir los residuos y avanzar hacia soluciones circulares. Hacia el cero deshechos en la moda y el textil.
El rápido crecimiento de la producción y el consumo de textiles se impone a los esfuerzos de sostenibilidad en el sector, causando graves repercusiones medioambientales, económicas y sociales, sobre todo en el Sur Global. La producción de ropa se duplicó de 2000 a 2015 y por ello se generan 92 millones de toneladas de residuos textiles en todo el mundo. Esto equivale a un camión de basura lleno de ropa incinerada o enviada a vertederos cada segundo.
La ONU, asegura que para atender esta problemática se requiere de un cambio sistemático basado en la producción y el consumo sostenibles y en soluciones circulares. Un enfoque de residuo cero es clave para esta transición.
Los consumidores podemos reducir significativamente el daño medioambiental adoptando prácticas como la reutilización, la reparación y el reciclaje. Alejarse de la moda rápida e invertir en ropa de larga duración y alta calidad no solo conserva recursos, sino que también cumple los planteamientos tradicionales de sostenibilidad.
El sector privado textil debe asumir su responsabilidad y diseñar productos duraderos, que puedan arreglarse y reciclarse. Asimismo deben procurar adoptar modelos de negocio circulares que frenen la contaminación química, reduzcan los volúmenes de producción, utilicen materiales sostenibles y ayuden a reconstruir la biodiversidad. La innovación y la responsabilidad deben guiar las estrategias empresariales.
Los gobiernos desempeñan un papel decisivo al hacer cumplir los sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor, regular los productos químicos nocivos, invertir en infraestructuras de reciclaje e incentivar modelos empresariales sostenibles para impulsar la transición hacia una economía circular.
Compartimos algunos datos de la ONU: