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“¡Ya ni la amuelan!” Es una de las frases que podrían confundir a un extranjero despistado cuando las dice un mexicano. Porque además es útil en muchísimos contextos y para muchas situaciones, andar “amolado” ocurre cuando ya se amoló algo en casa, por ejemplo, o cuando se amuela algún negocio. Y la verdad es que amolar no discrimina contextos ni sustantivos. Pero ¿de dónde salió este verbo?
Las muelas son las partes de un molino que, precisamente, muelen algo, o la piedra sobre la que se afila un metal, por lo que algo que se amuela o muele es lo que está entre esas piedras. En el español antiguo era mucho más común escuchar el verbo “amolar”, aunque en su uso cotidiano se perdió la vocal inicial, por lo que ahora usamos el verbo “moler”. Sin embargo, el habla popular se quedó, al menos para el mexicano, que siempre anda amolado, con todo y vocal. ¿Qué tan amolado andas últimamente?