Uno de los mayores temores de padres y maestros para las vacaciones es tener niños aburridos, afortunadamente cursos de verano, actividades extracurriculares, grupos de estudio y otras opciones han llegado a salvar a los angustiados adultos que de pronto tienen niños en casa las 24 horas del día.
A pesar de ello, la saturación de actividades puede no ser la mejor opción, aunque eso parezca. Pues en los momentos de aburrimiento, los niños recurren a su imaginación. Sí, cuando no tienen nada que hacer es cuando las ideas fluyen y se dejan llevar por sus ideas. Su intelecto, su creatividad y su ingenio se ponen a trabajar.
Además, gracias a esos momentos de aburrimiento, es posible que los niños y los adolescentes descubran aquello que realmente les apasiona y encuentren las actividades en las que tienen habilidades. Pues desearán llevarlas a cabo, investigarán sobre ellas y las podrán poner en práctica, por ejemplo, tocar algún instrumento, leer, dibujar o construir cosas son pequeñas actividades que pueden llevar a cabo, cuando parece que no tienen nada qué hacer.
A pesar de ello, cuando el aburrimiento ataca, nuestros pequeños tienden a desesperarse. Una recomendación es crear una lista con las actividades que les gustaría hacer a lo largo de las vacaciones, desde las más pequeñas, como dibujar o leer algún libro, hasta las más intrépidas como salir de campamento. Así, cuando se encuentren en un momento de aburrimiento pueden recurrir a esta lista y cumplir alguna de esas tareas, en las más complicadas podrían dedicar ese tiempo para planearlas.
Por ejemplo, si desean salir de campamento, utilicen algunas horas para investigar qué necesitarán para llevar a cabo esa aventura: cuánto cuesta, a dónde pueden ir, qué tanto tiempo necesita. Si al final esa actividad no la pueden lograr, podrán incluso crear una adaptación en casa, como un campamento en el jardín, en la azotea o hasta en la sala.
Los expertos recomiendan dejar que el niño, de vez en cuando, busque por sí mismo la forma de pasar el tiempo, pues así desarrollarán independencia, al tomar decisiones sobre su propio tiempo. Alentarlo a cumplir metas en esos periodos de aburrimiento lo llevarán, poco a poco, a descubrir un poco más de sí mismo, a contemplar la vida y no vivirla siempre apresurado u ocupado.
¿Tus niños se aburren de vez en cuando? ¡Cuéntanos cómo pasan las vacaciones!