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Aunque esperamos pronto volver a las aulas, sabemos que hay muchas actividades que será difícil retomar en la llamada “Nueva Normalidad”, si debemos mantener distancia y evitar contacto, quizá tengamos que poner en pausa o encontrar nuevos métodos para diferentes actividades. También será necesario estar preparados y ser capaces de retomar actividades, aún si en algún momento necesitamos dejar la escuela nuevamente.
Con eso en mente, pensar en organizar un club de lectura, por ejemplo, podría parecer improbable. Sin embargo con algunas ideas y adecuaciones se puede lograr la organización de diferentes actividades a distancia, planeadas así incluso desde el inicio, para poder continuarlas si la escuela tuviera que cerrar o si por los nuevos protocolos no las podemos realizar al interior de la escuela.
En medio de una pandemia global o sencillamente en un contexto social difícil, los clubes de lectura podrían parecer algo superfluo, sin embargo son algo extraordinario para ayudar a los alumnos a enfrentar cualquier situación, apoyar su desarrollo académico y acompañar su crecimiento emocional. Todo esto además de la importancia de impulsar la lectura. Las actividades grupales refuerzan el sentimiento de comunidad, pues nos hacen sentir que formamos parte de algo en momentos en los que nos hemos aislado tanto.
Sin importar si es de manera presencial o en un modo virtual, tener metas claras y que sean alcanzables en relativamente poco tiempo le ayudará a tus alumnos a motivarse y a mantenerse interesados en el desarrollo del club. ¿Cómo hacer esto? Haz planes para dos o tres semanas, con base en algún texto que sea posible leer y trabajar en ese tiempo. Si tu club de lectura se mantiene activo y los alumnos se mantienen motivados, podrías pensar en un trabajo a largo plazo, pero de momento tener metas cortas será lo mejor, incluso por las condiciones en las que estamos dando clases en la actualidad.
La clave para mantener al grupo interesado en la lectura es darle el poder a los propios alumnos, dentro de las sesiones y sobre las lecturas que usarán para el club. Esto no significa que se dejen todas las decisiones abiertas, sino de ofrecer variedad y dejar que ellos tomen la decisión final sobre lo que les gustaría leer y sobre la discusión, de forma que el ritmo lo establezcan los alumnos, aunque nosotros sentemos las bases de cómo operará el club.
Un club de lectura no se trata solo de sugerir algún texto y poner a los chicos a leer, lo ideal es que ellos lean por su cuenta a un ritmo establecido de forma grupal, para avanzar más o menos al mismo tiempo, aunque no por eso debemos censurar a quienes se adelantan o se atrasan, por el contrario, lo mejor es motivarlos. Una vez iniciada la sesión del club, se pueden plantear algunas preguntas que ayuden a los chicos a analizar el texto y que también los involucren de forma personal con el texto que leen. Por ejemplo:
-¿Cuál es el personaje con el que más me identifico?
-¿A cuál personaje me gustaría conocer en la vida real y por qué?
-¿Cuál de los personajes es más interesante y por qué?
-¿Si cambiáramos el contexto donde se sitúa la obra, cómo afectaría a la historia?
-¿Si puediras cambiar algo de la historia qué sería?
Se trata simplemente de crear cuestionamientos que les ayuden a reflexionar más a fondo, desde un punto de vista creativo y que abra las puertas de una meta-lecutra, que los motive a continuar con la lectura al participar en las conversaciones y al re-pensar su experiencia como lectores.
La esencia de este tipo de discusiones es la conversación y por lo tanto, las reuniones en grupo. Fácilmente estas actividades se pueden trasladar a una video-conferencia en la que apliquen reglas sencillas al tomar turnos, pero si no contamos con una conexión tan estable podemos transportarlo a un foro escrito, en donde podemos hacer actividades un poco más interactivas, para mantener viva la llama del interés, por ejemplo, ejercicios de escritura creativa, al crear finales alternos o pedirles una entrevista ficticia con sus personajes favoritos. Esto permitirá que los alumnos con conexiones a internet más deficientes puedan participar. Si de plano la conexión a internet es nula, pero la comunidad es más o menos pequeña, podemos establecer un buzón en diferentes puntos, donde los alumnos depositen sus tareas y encuentren nuevas preguntas, lecturas o ejercicios.
¿Has llevado alguna vez un club de lectura con tus alumnos? ¡Cuéntanos más sobre ello!