¡Aquí hay gato encerrado! El significado de esta frase es muy claro, la mayor parte de las personas en nuestro país seguramente la ha escuchado o utilizado en alguna ocasión, sencillamente la decimos cuando percibimos que nos ocultan algo, pero ¿qué tiene que ver un gato con esto? En realidad, no se trata de un felino, pero si de ocultar cosas.
En los siglos XVI y XVII, durante los Siglos de Oro españoles, se popularizó esta palabra para referirse a monederos o bolsas que la gente escondía entre sus ropas o al interior de sus casas, con la idea de evitar los robos. Sin embargo, los ladrones de la época, muy observadores y atentos a su tarea, analizaban minuciosamente a las personas en busca de algún “gato”. Esto lo sabemos porque en textos de la época, de autores como Miguel de Cervantes Saavedra o Lope de Vega, podemos encontrar esta expresión en voz de algún pícaro.