Con un simple vistazo a las ideas para docentes que rondan la web, podremos ser testigos de una moda que ha invadido salones de todo el mundo, pues más allá de la popularidad de los spinners, los docentes han descubierto poco a poco que las aulas en las que los alumnos pueden moverse evitan problemas de conducta y mejora la concentración durante las clases.
Aunque parecería la solución a muchos problemas, lo que vemos en la red no siempre funciona como lo vemos en pantalla. Poner en práctica estas ideas puede resultar un poco caótico, pues el bullicio, el tiempo perdido y las distracciones serán mayores. Por eso vale la pena analizar si realmente funcionan esas estrategias o se trata de una moda nada más.
Asientos Flexibles
Se trata de que los estudiantes tengan la opción de elegir un asiento que se adapte mejor a su aprendizaje, cambiar los pupitres y las sillas de madera por asientos que permitan cierto movimiento para magnificar la concentración. ¿Alguna vez has notado que por más que les repitan a los estudiantes que no deben mecerse en las bancas, continúan en ello? Esto es porque muchos alumnos se concentran mejor cuando hay algo en movimiento que permite a sus cerebros liberar un poco de energía e información sensorial.
No todos iguales
Aunque se han puesto de moda las prácticas en las que una pelota para yoga, asientos que giran, sillones suaves o escritorios “de pie” para los salones de clases, es importante recordar que no todos los alumnos tienen las mismas necesidades y que no todas las soluciones funcionan para todos. Así que la mejor manera de implementar es no abrumar a todos tus estudiantes con un salón lleno de opciones dinámicas y distracciones que, aunque seguramente los ayudarán de muchas maneras, no serán útiles dentro del salón de clases.
Crear un espacio dentro del salón de clases o darles la opción a los alumnos de utilizarlo es una buena forma de comenzar este tipo de adaptaciones. Si de pronto cambias todo en tu salón de clases la mayoría de los alumnos tendrán problemas para adaptarse, pero si integras algunos cambios poco a poco podrán ver cómo funciona y tú mismo podrás evaluar sus avances.
Mucho presupuesto
Esta es una parte complicada para implementar este tipo de adaptaciones en los salones de clase. Esas opciones suelen ser muy caras y poco accesibles para la mayoría de las escuelas, pero con un poco de creatividad se podría solucionar.
Mesas de pie: esta es una de las opciones más sencillas y que pueden cambiar incluso al alumno más resistente, se trata de utilizar escritorios más altos en los que los niños puedan trabajar mientras están de pie. Reciclar algunos muebles para televisión o mesas de jardín podría ser una opción.
Sillones o cojines: Crear un espacio en el que los chicos puedan tomar un respiro del día a día con algunos cojines rellenos, pisos suaves o almohadas viejas podría ser un gran inicio.
Agregar algo a las bancas de siempre: colocar ligas para ejercicio en las patas de las bancas es una opción barata y menos caótica para el salón de clases.
Pelotas de ejercicio: Esta opción es poco práctica para guardarla en el salón de clases, pero podría ser útil para quienes necesitan balancearse un poco en lugar de estar muy quietos.
¿Funcionan?
Aunque muchos artículos aseguran que los asientos flexibles son todo lo que tus alumnos necesitan, es difícil encontrar datos duros sobre su efectividad, sin embargo tiene lógica su aplicación, pues sin duda los alumnos liberarán energía de forma práctica y sin tener que interrumpir tu clase. Por otro lado, darle opciones a los alumnos les ayudará a desarrollar conocimiento sobre sí mismos, pues se verán en la necesidad de explorar las opciones, pensar en su forma de aprendizaje y evaluar la comodidad con la que trabajan, podría llevar a importantes discusiones sobre los procesos que siguen al estudiar y el ambiente en el que trabajan.
¿Alguna vez has probado algo así en tu clase?