Aunque suene a algo muy dramático o peligroso, la maldición del conocimiento es algo que todos enfrentamos a diario, en el trabajo, en nuestras relaciones, en la escuela y son los profesores quienes, además, encaran un reto en su salón de clases.
Se trata de un concepto investigado y acuñado por un grupo de economistas que se dieron cuenta de que las personas, al dominar conocimiento sobre algún tema, les es muy difícil, sino imposible, recordar cómo eran y qué pensaban antes de adquirirlo. Por ejemplo, un profesor de lengua que ha enseñado por varios años sobre las conjugaciones difícilmente recordará o entenderá la posición de un estudiante que se acerca al tema por primera vez. Esta maldición también nos afecta cuando asumimos que nuestros estudiantes, en el caso de los docentes, tienen todos el mismo contexto.
Debido a esta maldición es fácil creer que nuestra clase es clara, concisa, directa y fácil de comprender, pues desde nuestra perspectiva, en la que ya conocemos todo sobre el tema, podemos obviar las dificultades que viven los estudiantes para adquirir ese conocimiento.
Esta maldición pueden vivirla todos los profesores, incluso los mejores, pues es muy difícil colocarnos cognitivamente a la par de nuestros alumnos.
Es realmente difícil luchar contra esta “maldición”, ya que los años frente a grupo y la rutina de explicar los mismos temas se unen a la naturaleza de nuestras mentes.
Busca retroalimentación de tus alumnos y escúchalos. Es crucial que escuches cómo se sienten tus estudiantes en la clase, que sepas cuáles son sus dudas o cuáles son las dificultades que encuentran y que tengas en cuenta que la maldición del conocimiento podría interferir en tus exposiciones.
Para llevar a cabo adecuaciones en tus clases pregunta a tus alumnos y no a otros maestros. Es común pedir consejos, especialmente a profesores más experimentados, para hacer crecer nuestras sesiones, pero en términos del contenido de la clase y cómo explicamos los temas, preguntar a los alumnos cómo creen que podría mejorarse la clase es muy importante. Recuerda que las adecuaciones propuestas por los profesores o directores muchas veces se ve restringida por esta maldición, aún si tiene las mejores intenciones, pues sencillamente no considera que los alumnos no están familiarizados con los mismo conocimientos.
Si te enfrentas a un tema complicado, procura hacer primero un análisis del contexto que tienen tus alumnos. Haz preguntas de repaso para que tú mismo te des cuenta cuál es el conocimiento que tienen y hasta donde llega, para que puedas partir de ahí al explicar el siguiente paso.
Probar nuevas metodologías que permitan a tus alumnos adquirir conocimiento de diferentes formas y hacer las clases multisensoriales contrarrestará cualquier huella de la maldición del conocimiento, es importante que todos tengan la oportunidad de experimentar y abrirse a los nuevos retos, además, al implementar nuevos proyectos tú también te aproximarás al conocimiento desde nuevas perspectivas.
La maldición del conocimiento es uno de los retos más que los profes tienen día a día. ¿Cómo crees que esto afecta tus clases?