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Trabajar a la distancia puede ser complicado, las sesiones a distancia nos obligan a entrar a la intimidad de los hogares de los estudiantes y exponen muchas veces información personal que nos hace sentir vulnerables, los sonidos de nuestro contexto, el fondo que podría aparecer en cámara, la inestabilidad de nuestros recursos, todo ello de pronto es visible para los compañeros. Como docentes sabemos esto, también lo vivimos, por lo que podemos empatizar con lo que siente un pequeño en casa o un adolescente, así que comprendemos que nuestros alumnos no estén dispuestos a abrir sus cámaras o mircrófonos cuando estamos en sesión.
A pesar de la empatía, esto también nos limita, como maestros necesitamos de la interacción con nuestros alumnos, escuchar cómo ha sido su experiencia y recibir retroalimentación para continuar nuestras clases, por ello incentivar la participación es algo que intentamos a diario. Pero ¿qué estrategias pueden hacer de la participación más activa en nuestras aulas?
No obligues a nadie a participar de ninguna forma específica, aunque nuestras clases si requieren del trabajo y la colaboración de todos, exigir de los alumnos una participación activa en un contexto en el que no se siente cómodo no es la mejor solución. Siempre pregunta a tus alumnos si están dispuestos a participar y poco a poco pide que se integren de formas más activas.
Comienza por participaciones más sencillas, envía encuestas, cuestionarios y juegos interactivos para que puedan participar sin exponerse y si es posible busca que esas acciones se vuelvan un poco más activas, con comentarios más extensos, tu apertura podría animarlos a participar.
Si tus alumnos se sienten vulnerables al abrir micrófonos, cámaras, crear videos o tomar alguna evidencia por lo que esto implica en su espacio personal, la mejor forma de cambiarlo es construir un espacio más seguro para que se animen a abrirse un poco más.
Habla con ellos de las experiencias que han tenido al hablar desde sus casas, normaliza las interrupciones en el entorno familiar y crea un espacio de reflexión en el que los alumnos compartan sus inquietudes, así como las diferentes causas de preocupación. Todo esto les ayudará a darse cuenta de que intervenir nuestro espacio privado nos hace sentir vulnerables a todos y no debe separarnos.
A pesar de todo el esfuerzo, seguramente tendremos alumnos cuya participación sea nula en las sesiones virtuales, pero no significa que con eso se eliminen las oportunidades de escucharlos. Abre otros espacios y otros momentos para que se expresen, para conocer sus avances y expresar sus dudas. Correos electrónicos, actividades interactivas, blogs con espacio para comentarios. Pedir videos privados que solo tú como docente puedas ver puede ayudarlos a sentirse seguros más tarde y quizá participar con cámaras abiertas o con micrófonos activos.
No te olvides de darles retroalimentación sobre sus actividades, concéntrate en los puntos positivos para reforzar su participación y no olvides de la mentalidad de crecimiento, celebra su esfuerzo y no necesariamente sus resultados.
¿Cuáles son tus estrategias de participación? ¡Comparte con nosotros!