La educación es un proceso muy complejo. Como docentes sabemos que el aprendizaje no se trata de un proceso tan simple como hablar sobre un tema y esperar que los alumnos aprendan, además los cambios sociales y otros retos hacen de este proceso uno aún más complejo. Para muestra de ello, la pandemia de covid que nos alejó de los salones de clases y nos obligó a buscar nuevas formas de enseñar y aprender.
Sin duda esta situación nos tomó por sorpresa a todos y prepararnos para continuar con la educación incluso en cuarentena no fue ni fácil ni eficiente, porque la tecnología no llega a todos nuestros estudiantes, porque todo fue muy rápido e improvisado y porque ha durado mucho más de lo que nos gustaría, por ello preparar a los estudiantes para ser dueños de su propio aprendizaje y lograr autonomía es muy importante, más allá de si estaremos o no en el salón para guiarlos como docentes, es necesario ya que el aprendizaje depende de cada uno de nosotros y por lo tanto son los alumnos quienes estarán al frente de este proceso toda su vida.
Para hacer que nuestros estudiantes sean realmente protagonistas de su educación y se empoderen para el aprendizaje es importante hablar de metacognición, que no es más que la capacidad de reflexionar sobre el pensamiento, aprender a aprender y pensar sobre pensar, esto implica autoconocimiento y observación.
Esto suena algo abstracto, pero con algunos ejercicios simples podemos ayudar a los alumnos a pensar en cómo aprenden, cuándo aprenden mejor y cuáles son las actividades que mejor se acomodan para ellos. Claro que implica un interés general por el aprendizaje y por lo tanto motivación intrínseca. Pero en el día a día podemos ayudarlos a reflexionar al respecto.
Abrir discusiones en el salón de clases donde los alumnos puedan exponer sus argumentos y escuchar a otros es muy importante para fomentar esto, en un debate los alumnos tienen que organizar sus ideas, escribirlas y transmitirlas, tal como hace un docente, e inevitablemente reflexionarán sobre lo que saben, cómo lo saben y cómo transmiten esto a sus compañeros. Al mismo tiempo deberán escuchar, ser flexibles con sus argumentos, pero saber defender sus ideas. Utilizar para estos debates temas de su día a día o de un interés común los motivará a participar.
Tener metas personales de aprendizaje y aprovechamiento ayudará a los estudiantes a centrarse en su propio progreso, más allá de las calificaciones y evitará que se sientan estancados o que vean a sus compañeros con mejores resultados como sencillamente inalcanzables, no se trata de ser el mejor de la clase, sino de mejorar un poco cada día, también ayudará a todos a ver que algunos tienen ciertas fortalezas que otros no tanto.
No hay mejor manera de pensar en cómo pensamos que obligarnos a reflexionar sobre ello y a poner en práctica nuestros conocimientos. Por ello, técnicas como la autoevaluación y la coevaluación ayudarán a los alumnos a pensar en su propio desempeño, apoyado en las metas que planteen de forma individual será más fácil ver y observar su desempeño, si además son capaces de ser críticos consigo mismos y con sus compañeros, todo en un ambiente constructivo. También dinámicas en las que los propios alumnos sean maestros de sus compañeros ayudará a que reflexionen sobre cómo aprenden y qué les funciona mejor, ayudará reforzar lo aprendido y a descubrir si realmente han aprendido algo o solo recuerdan de memoria.
Cuando surja una duda en el salón de clases motiva a tus estudiantes a llegar por si mismos a esas respuestas, a través de más cuestionamientos, de investigación y de observación. Esto no significa que debes dejarlos con la duda o no prestar atención a sus interrogantes, pero sí de incentivar al grupo a que sean ellos mismos quienes, a través de la reflexión, resuelvan sus dudas.
La motivación puede ser complicada en algunas de estas actividades, pues trabajar de forma autónoma implica estar motivados, por ello aplicar en la clase dinámicas como el aula invertida, la gamificación o ludificación y otras metodologías como las scape room, podrían ayudar a tus alumnos a realizar todas estas actividades a su propio ritmo, con entusiasmo y a reflexionar sobre ellos mismos incluso sin darse cuenta.
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