Ser docente es toda una aventura y más que un trabajo es una forma de vivir, por ello, aún lejos de las aulas, los docentes se identifican y viven experiencias que otras personas quizá no entiendan del todo.
¿Te ha pasado algo de esta lista? ¡Comparte con nosotros esas experiencias que solo un docente puede entender!
Uno de esos privilegios extraños que la gente tiene y no aprecia es la posibilidad de pararse a cualquier hora del día e ir al baño sin ninguna clase de temor. Pero para un docente no siempre es fácil, por ello, para ti, en verano no hay nada más agradable que recordar de pronto que puedes ir al baño sin preocupaciones y tomar toda el agua que quieras durante el día.
La verdad es que la mejor forma de ponerse al corriente con alguna serie es ponerla de fondo mientras planeas o mientras calificas exámenes algunos días en la noche o los fines de semana. En cambio, cuando por fin llegan las vacaciones o el receso escolar puedes sentarte a ver una película completa sin estarle preguntando a tu acompañante qué pasó de de vez en cuando.
La mayor parte del año un docente está rodeado de alumnos, que en su mayoría son mucho menores que él o ella, si es un profe de preescolar o de primaria la distancia es mucho mayor, mientras que los profes de bachillerato se rodean de adolescentes. Por ello, cuando llegan las vacaciones y se ve en un ambiente de adultos constantemente, lejos de niños y jóvenes se siente muy extraño.
Sí, está acostumbrado a pedirle a los niños que no se suban a los escritorios o que permanezcan callados mientras otro habla, también se acostumbra a dar instrucciones en voz alta, repetir las indicaciones y espera que por lo menos levanten la mano para hablar. Por eso, lejos de su ambiente escolar se siente un poco extraño cuando las personas hablan sin pedir la palabra, los niños corren por las plazas y no tiene que organizar al grupo con el que se encuentra en el museo.
Eso también es una sorpresa, sobretodo los primeros días de vacaciones. Al terminar el día no necesita ajustar su alarma para el amanecer del día siguiente, sin embargo es probable que su cuerpo le juegue algunas bromas, por lo que de todas formas se despierta a la hora normal de trabajo. Lo bueno es que puede girarse y dormir un poco más.
¿Te ha ocurrido algo de esto? ¡Cuéntanos si tu experiencia es similar a estas y qué haces cuando te das cuenta de esto!