Aunque el trabajo en casa ha sido una tendencia en crecimiento desde hace algunos años gracias al desarrollo de tecnologías que favorecen la comunicación, sin duda 2020 fue la cúspide de todas las transiciones. De pronto gran parte de las actividades comenzaron a hacerse a la distancia, incluso aquellas que no habían proyectado este cambio, como la educación básica.
A decir verdad el llamado home office tiene sus ventajas, por ejemplo, el ahorro en gastos como transporte o alimentación, en ciudades caóticas como la Ciudad de México puede implicar una mejora en la calidad de vida de personas que diariamente invierten hasta tres horas en el tránsito o el transporte público. Pero esto no quiere decir que no venga con sus desventajas, aún sin pandemia, un trabajo de tiempo completo desde casa puede generar aislamiento o sedentarismo, además el cambio abrupto implica cierto descontrol, desorganización y caos para el trabajador promedio.
Aunque los docentes sabemos que regresaremos a las aulas, aún se proyectan algunos meses en los que seguiremos a distancia y desde casa, por lo que es importante generar buenos hábitos y un ambiente sano para que nuestra calidad de vida no se vea afectada a pesar del estrés que vivimos debido a la pandemia.
Parte de esos buenos hábitos está en cómo comenzamos y cómo cerramos el día normal de trabajo. Así como nuestros alumnos se benefician de una rutina bien estructurada, nosotros también.
Quizá ya las conozcas y quizá ya las pongas en práctica, pero no está de más conocer recomendaciones básicas para un sano home office. Aquí algunas ideas.
-Comienza y termina tu día siempre a la misma hora, aún si tienes días en los que no es posible cerrar igual que los demás procura que sean siempre los mismos en la semana o tenlos presentes de antemano, para que tu cuerpo se acostumbre a cierto ritmo de trabajo, siempre en los mismos horarios.
-No te saltes las horas de comida y respeta siempre ese espacio sin interrupciones de trabajo.
-Lo recomendable es que designes un espacio específico para trabajar que sea diferente al lugar en el que duermes, pues esto ayudará a tu cerebro a entender cuando comienzas y cuando terminas un día.
-Sal al exterior y toma un poco de sol, sabemos que en estos días lo recomendable es permanecer en casa, pero dar la vuelta por la cuadra para respirar el aire del exterior y alcanzar los rayos de sol.
-Al comenzar tu día es importante que hagas lo mismo que harías si salieras a trabajar, desayuna, báñate, tiende la cama, haz un poco de ejercicio. Evita por completo saltar de la cama y encender la computadora para trabajar.
-No trabajes en pijama, ni lo hagas desde la cama.
Cerrar el día es tan importante como iniciarlo de forma adecuada. Esto es útil para relajarnos, para tomar distancia de los sucesos diarios y para dar tiempo de calidad a nuestra familia.
¿Cómo cerrar el día? Se trata de pequeños rituales que repitamos a diario para indicar a cuerpo y mente que se ha terminado la jornada laboral.
Si eres de los que al terminar el día solo pone la computadora en pausa porque sabe que volverá a ella, queremos que sepas que lo mejor es que la apagues por completo. Además de ser bueno para el aparato, le ayudará a entender a tu cuerpo que por ese día el trabajo se ha terminado.
Cuando termines tu trabajo puedes abrir la puerta y caminar un par de cuadras a tu alrededor, tomar el sol es importante, así como respirar aire fresco, por lo que ayudarás a tu cuerpo y mente a pasar la página al menos por ese día, al volver a casa estarás más tranquilo, menos abrumado por el trabajo.
Recoger tu material de trabajo, limpiar el escritorio y organizar un poco los documentos o herramientas que usaste ese día te ayudará a respirar tranquilo después. Esta actividad tiene el bonus de dejar tu espacio listo para el día siguiente.
Si te cuesta trabajo cerrar el día porque continúas dando vueltas a todos tus pendientes durante horas y horas lo mejor que puedes hacer es cerrar tu día haciendo una lista de lo que te queda por hacer al día siguiente. Esto parece algo contradictorio, porque cierras tu día con la cabeza en los pendientes, pero se trata de que le puedas dar un orden a lo que te agobia no haber terminado y no tratar de bloquear a la parte de tu mente que desea mantenerse trabajando, además este será un buen inicio para el día siguiente.
Calcula tus tiempos para evitar que al final del día dejes una tarea por la mitad, es mejor que decidas terminar con otros pendientes si ves que no lograrás culminar esa tarea antes de cerrar el día, pues tu mente continuará gravitando hacia ella incluso cuando hayas decidido cerrar el día. Mejor dale tiempo al día siguiente.
Estas ideas las puedes poner en práctica incluso al volver a la escuela, pues te ayudarán a llegar a casa con la mente más tranquila y relajada. ¿Qué rutina sigues para cerrar tu día a día? ¡Comparte tus ideas con nosotros!