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A lo largo del tiempo, la visión de las horas dedicadas al estudio ha cambiado, pues incluso las habilidades que se busca se formen en la escuela han cambiado por completo, antes se premiaba mucho más la memorización de conceptos, pero no se evaluaba tanto la comprensión de los mismos, mientras que en la actualidad se considera cada vez más que el aprendizaje no puede basarse en la memoria, sino en la comprensión de los hechos, la práctica de habilidades y el desarrollo de un pensamiento crítico.
Esto, sumado al desarrollo de la tecnología y la explosión de las redes sociales, ha cambiado por completo los hábitos de un buen estudiante. En medio de un ambiente estresante y cambiante, una buena técnica de estudio podría ser indicador de éxito a futuro. ¿Qué podemos hacer en casa para asegurar que las horas invertidas en estudiar sean realmente efectivas? ¿Y qué cosas deberíamos evitar?
Hacer varias cosas al mismo tiempo parece ser una habilidad muy apreciada en diferentes contextos, pero también ha probado ser ineficiente. No por nada se han tomado tantas medidas para evitar que las personas hablen por teléfono o manden mensajes mientras conducen, pues se reduce la velocidad de respuesta. Y en general esto es cierto para cualquier tipo de tarea, hacer dos cosas a la vez no es algo que realmente podamos realizar, lo que ocurre es que nuestro cerebro pasa de concentrarse en una tarea a la otra a gran velocidad, lo cual provoca una concentración superficial en ambas tareas. Inevitablemente los resultados obtenidos al hacer varias cosas al mismo tiempo no serán los mismos que si nos concentramos en una sola tarea por un periodo antes de pasar a otra cosa.
De esta forma, para estudiar es más importante enfocarnos en una sola cosa por poco tiempo que pasar muchas horas concentrados a medias en varias tareas.
Esto implica también que pasar mucho tiempo en un solo tema tampoco es realmente efectivo. Si logramos concentrarnos adecuadamente en estudiar cierta materia en realidad no necesitaremos muchas horas, porque con el paso del tiempo nuestro punto de enfoque comenzaría a desvanecerse y a divagar en otros aspectos, además de ser agotador y fastidioso. Por ello es importante también darle descansos al cerebro y permitir que existan otras actividades en el día a día, además de estudiar.
Es probable que estas fueran las mejores estrategias para los padres o incluso para los docentes de las nuevas generaciones, pero nos hemos dado cuenta de que no son tan eficientes como nos gustaría pensar. Memorizar para un solo examen es poco útil en el aprendizaje, pues en poco tiempo se olvidarán los datos obtenidos y al llegar al siguiente curso iniciaremos en blanco. Estas técnicas de repetir constantemente un concepto para memorizarlo, leer una y otra vez un párrafo o incluso subrayar lo más importante en un texto o repasar nuestras notas no son, por sí solos, métodos muy efectivos. Es probable que si memorizamos estos datos al poco tiempo los olvidemos de nuevo, pues al repetir no practicamos comprensión ni un pensamiento crítico, sino que nos limitamos a repetir palabras sin cohesión entre ellas.
Ahora que sabemos cuáles son las técnicas que no son muy útiles es momento de saber cuáles son las mejores formas de estudiar para aprender.
Algo que es muy útil es parafrasear lo que tratamos de aprender, con nuevas palabras y si es posible en voz alta, no necesariamente debemos decírselo a alguien más, de hecho explicarnos a nosotros mismos estos conceptos puede ser lo que necesitamos, pero debe hacerse con otras palabras, de modo que permitamos a nuestro cerebro transformar la información en algo con sentido, comprenderlo para retransmitirlo.
Otra técnica interesante es autoevaluar lo que sabemos, hacernos preguntas sobre el tema que estudiamos y tratar de resolver cuestionarios breves sobre ello, esto nos ayudará identificar lo que sabemos o lo que no, además, el hecho de crear preguntas que se relacionen con el tema nos obliga a repensarlo y a comprenderlo de una forma diferente.
Muchas veces para estudiar utilizamos el mismo libro de texto o las notas que tuvimos en clase, pero al repasar la misma información varias veces nuestra comprensión se diluye, al contrario, el crear nuevos materiales, que sinteticen el conocimiento y nos ayuden a dividirlo en piezas puede ser la mejor manera de darle al cerebro tiempo de aprehenderlo. Crear tarjetas, mapas mentales, cuadros sinópticos o breves cuestionarios es otra forma de parafrasear la información y, para algunos estudiantes, escribirlo puede ayudar a fijar mejor los conceptos, agregar imágenes o dibujos puede ser útil para los más visuales y quizá crear audios ayude a quienes prefieren la oralidad.
En momentos como este, provocado por la pandemia, en que los alumnos necesitan ser aprendices autónomos, una buena técnica de estudio puede hacer la diferencia. ¿Tienes pequeños en casa? ¿Cómo estudian? ¿Les has sugerido técnicas a tus estudiantes? ¡Comparte con nosotros!