¡Regresamos a clases! Y aunque nos encanta estar de nuevo entre pupitres y pizarrones, también nos encantan las vacaciones, así que no siempre es fácil dejar la cama el primer día de clases y regresar con todo el entusiasmo.
Además, cada enero, hay algunas cosas que no pueden faltar. Una lista de propósitos larguísima, por ejemplo. Aquí hicimos un recuento de algunas de las cosas que viven todos los docentes de regreso a clases durante enero. ¿Te ha pasado alguna?
Al menos hasta la primera semana de febrero estarás poniendo el año anterior en la fecha del pizarrón. Es en automático e inevitable, lo mismo le ocurre a tus alumnos en sus cuadernos y tareas, pero cada vez que tú la pones una mano (o varias) se levantan en el salón de clases para señalarlo. No te preocupes, es algo que pasará.
Especialmente los primeros días de clases, parece imposible que los alumnos dejen sus regalos de Navidad y Día de Reyes en casa. No importa si la regla de la escuela es no llevar juguetes, todos parecen saber en dónde esconder los muñecos o hasta los video juegos para presumirlos en clase. Lo malo es que esto a veces provoca algunas disputas entre alumnos, juguetes perdidos o rotos, mucho llanto, padres enojados. ¡Por eso hay reglas!
A los alumnos les encanta contar las historias de sus emocionantes vacaciones. Una y otra vez. Al menos las primeras semanas escucharás divertidas anécdotas en repetidas ocasiones, pues los alumnos no se cansan de narrarlas. En el recreo, al final de las clases, en ocasiones incluso durante nuestras explicaciones, los estudiantes aman comparitr sus historias, no importa si interrumpen algo.
No importa si en diciembre descansaste mucho o hiciste de todo menos eso, los primeros días de clase estás más cansado que antes de salir de vacaciones. No importa todo el café que tomes, sigues con sueño, odias volver a escuchar la alarma en las mañanas y tú único objetivo durante el día es sobrevivir hasta la hora de dormir. Poco a poco recobras el ritmo, no te preocupes.
¡Maravillosas y brillantes fiestas! Lo malo es que te gastaste todo el dinero en los regalos, la cena y uno que otro descuento que viste en la tienda. Sí, por algo enero es la cuesta del año, pero nada que un poco de organización no pueda resolver. Ten cuidado con tus finanzas. Tal vez los primeros días del año tengas que comer sopa instantánea, pero pronto todo se balanceará de nuevo.
Es bonito volver a ver a tus alumnos, verlos emocionados, algunos crecieron durante las vacaciones, otros regresaron con todo el entusiasmo. Lo malo es que cuando por fin se sientan en sus pupitres y abren los libros todos descubren que olvidaron lo que habían aprendido el año anterior. Por completo. ¿Qué materia es esta? ¿Teníamos que traer el libro? ¿Debo usar lápiz o pluma? Sí, olvidan cada detalle.
¿Te ha ocurrido algo de esto de regreso a clases? ¡Cuéntanos qué otras cosas ocurren a los docentes!