El crecimiento de nuestros alumnos, sus caritas iluminadas al aprender algo emocionante y la satisfacción de saber que nuestro trabajo tiene un efecto positivo en el mundo son aspectos increíbles de nuestro trabajo, que hacen que cada día valga la pena, sin embargo, no son las únicas facetas de la docencia, también hay mucho estrés y cansancio, finalmente tratar con más de 30 personas a diario no es sencillo, mucho menos si le sumamos responsabilidades en casa, padres de familia, difíciles contextos sociales y otros retos que enfrentan los alumnos día a día.
Por ello sabemos perfectamente que hay días en los que al llegar a casa lo único que deseas es renunciar, días en los que la magia de enseñar no es suficiente y nos hace dudar sobre el trabajo que llevamos a cabo, nos hace sentir que sin importar todo el esfuerzo que pongamos no logramos conectar con el grupo o no sentimos que haya algún impacto.
Para esos días hicimos esta lista de ideas, para que no te afecten.
Muchos estamos acostumbrados a resolver problemas por nuestra cuenta, sin molestar a nadie y sin llamar mucho la atención, sin embargo este enfoque sólo aumenta la tensión y nos hace sentir aislados, solos, nos quita perspectiva de las cosas, pues nuestros problemas se vuelven un océano. Habla con un amigo, con un colega o un familiar, saca esa burbuja de estrés y permite que la gente te ayude. Habla con alguien.
También es común que, presionados porque todo salga bien y mantener bajo control todas nuestras actividades, acabemos por posponer esos momentos en los que nos cuidamos a nosotros mismos. Aunque parezca lo contrario, es muy fácil olvidarnos de nosotros y abocarnos a resolver los pendientes, sin embargo, cuidarnos a nosotros mismos es la única manera de ser mejores cada día, en nuestro trabajo y en nuestra vida personal. Prioriza la creación de espacios para ti, en los que puedas reflexionar sobre tu estado físico y mental, en los que puedas atender tus necesidades y puedas relajarte. ¿Has pospuesto una cita médica? ¿Hace mucho que no te preguntas cómo estás? ¡Hazlo ahora! Esto puede ser útil en los días más difíciles, porque será como respirar aire fresco.
A veces los malos días están llenos de trabajo por resolver, así que, a pesar de sentirnos tristes o sin motivación, continuamos nadando entre pendientes por resolver, tanto en la escuela como en casa. Haz una pausa y prioriza tus pendientes, toma una hoja de papel y escribe una lista de todo lo que tienes que hacer, no lo hagas en tu cabeza, tómate el tiempo de escribirlo todo, esto te ayudará a verlo desde fuera y a sentir que tienes el control de tus actividades.
Ya que tengas claros cuáles son todos tus pendientes, prioriza. Decide cuáles son inevitables y urgentes y lleva a cabo esos, deja al final los que puedan esperar más y crea un espacio en esa lista para ti que tenga un lugar alto de prioridad.
Ser profes o directores, ser papás o hijos, no es lo único que cuenta de nosotros mismos. La vida que llevamos a diario suele absorber todo nuestro tiempo y por lo tanto, el trabajo o la familia se convierten en las partes más grandes y más importantes de nuestra identidad. No dejes que eso se coma todo lo que tú eres, seguramente te gusta o te ha gustado probar otras cosas, hacer deporte, pintar, cantar, bailar, ayudar a otros, correr, cualquiera que sea, hay muchos aspectos de tu personalidad que son necesarios y que debes nutrir también. Así no sentirías que un mal día en el trabajo es una mala vida.
Moderar nuestras expectativas sobre nosotros mismos es muy importante. Como profes, es común obligarnos a ser los mejores profes de revista, con salones muy interactivos, clases divertidas, proyectos novedosos, actividades extraescolares, implicaciones emocionales, con parámetros difíciles de cumplir, pero es importante que recuerdes: ser un gran profesor no significa que tengas que ser un profe perfecto. Y eso aplica para todos los aspectos de la vida. Elige cuáles son tus prioridades o aquellas cosas que preferirías destacar de tu clase y concéntrate en ello. Abre tu margen de error y disfruta más que estresarte. Los alumnos agradecerán a un profe comprometido y saludable.
¡Prepárate para esos días imperfectos! ¿Tú qué estrategias usas cuando tienes un mal día? ¡Comparte con nosotros!