A principios de 2016, la red social más popular del mundo, Facebook, dio a conocer una nueva manera de interactuar con los contenidos generados por los usuarios: las famosas reacciones. A través de 6 estados de ánimo disponibles -me gusta, me encanta, me divierte, me asombra, me entristece, me enoja- es posible evaluar y expresar la postura de los usuarios frente a las publicaciones. A primera vista, se trata de una herramienta que posibilita un análisis mucho más amplio de la recepción de los contenidos generados, así como un nuevo canal que pone en circulación un activo como las emociones. De esta manera, el abanico proporcionado por Facebook configura una nueva sensibilidad que ya no se encuentra limitada, sino que se desenvuelve en un código establecido: de la monocromía al arcoiris de los emojis.
Continúa leyendo dando clic en “LEER”.