Aprenderse los nombres de los nuevos estudiantes puede ser uno de los retos más difíciles en las primeras semanas, porque esa tarea se añade al remolino de cosas pendientes.
A pesar de las dificultades, aprendernos los nombres de nuestros estudiantes es un factor muy importante para que la relación con nuestros alumnos sea exitosa, pues al conocerlos por su nombre se desarrollará una conexión que comienza desde el saludo.
Esto es lo más común durante la escuela, ya que las listas suelen estar acomodadas por el apellido, razón por la que nos acostumbramos primero a reconocer los apellidos y en ocasiones nunca el nombre. Si bien es lo más normal para un estudiante, cuando un docente conoce a sus alumnos por su nombre la percepción cambia y de inmediato se establece una conexión entre ambos.
Claro que estudiar los nombres de nuestros alumnos no es fácil, ya que requiere tiempo y un poco de esfuerzo, pero te aseguramos que ese trabajo tendrá sus frutos durante el ciclo escolar, pues tendrás alumnos mucho más interesados en conocerte y trabajar contigo. Comunicarte con ellos será mucho más sencillo, ellos sabrán que tú los conoces y te interesas por cada uno.
La primera forma de aprenderse los nombres es la misma que aplicamos con las tablas de multiplicar y se trata de repasar de memoria la lista y hacer un esfuerzo consciente de recordar el rostro de tu alumno con su nombre. Dedica algunos minutos por la tarde cuando vayas de camino a casa o antes de salir del salón a recordar el nombre de cada estudiante. Toma nota de esos estudiantes que te cuesta más trabajo recordar y pon especial atención en ellos al día siguiente.
Claro que es posible ayudar a nuestra memoria, solo necesitamos utilizar técnicas que nos ayuden a recordarlo. Desde inventar una canción en la que incluyas a todos tus alumnos hasta apoyarte de forma visual para que asocies su nombre a otro sentido. Por ejemplo, crea tarjetas para cada alumno y añade algo con que puedas identificarlos, por ejemplo, el color de su mochila o los dibujos de las etiquetas que lleva en los cuadernos.
También puedes crear pequeñas historias para cada alumno en las que incluyas algún detalle que te ayude a recordar sus nombres, como el corte de cabello que llevan o el peinado que suelen usar. Una oración es suficiente.
Ni siquiera durante las clases dejes de repasar. Puedes llevar a cabo actividades en tu aula en las que te obligues a ver y a escuchar a tus alumnos de forma individual, así será más fácil que recuerdes sus nombres. Pídeles que participen en alguna exposición, que compartan sus intereses y actividades preferidas, pero presta mucha atención a ellos mientras hablan, escucha su voz, observa sus expresiones y asocia esos detalles a su nombre mientras participan. También puedes pedir pequeñas actividades escritas y entregarlas personalmente después, para que tengas la oportunidad de repasar sus nombres mientras lo haces.
Tanto como sea posible. No dudes en preguntarlo, especialmente los primeros días, salúdalos personalmente cuando entran al salón, despídete de ellos, llámalos a participar, escúchalos atentamente cuando se hablan entre ellos y si puedes pregúntales cómo lo escriben o como lo pronuncian, no importa que tú ya lo tengas en la lista, esto ayudará a que enfoques tu atención en detalles de su nombre.
Esto puede parecer un ejercicio difícil, pero si te cuesta aprenderte los nombres de tus alumnos será muy útil. El tiempo que inviertas en esto podría darte muy buenos resultados en el futuro. ¿Cómo te aprendes tú los nombres de tus estudiantes?