La relación con los padres de familia es una parte muy importante del éxito de nuestros alumnos, aunque también es uno de los aspectos más difíciles que en ocasiones se vuelven problemáticas, debido a la tensión que llega a generarse entre unos y otros.
La verdad es que los docentes están presentes en la vida de los alumnos tantas horas como los propios padres, quienes muchas veces se sienten inseguros ante los docentes, pues ellos no pueden ver lo que ocurre a diario en el salón de clases.
Lo primero que necesitamos como docentes es entender a los padres de familia, no solamente con una empatía cognitiva, en la que podemos apreciar su situación, sino desde una más emocional, en la que realmente podamos generar un vínculo con ellos y donde podamos entenderlos desde una perspectiva emocional, esto nos ayudará a empezar nuestra comunicación con el pie derecho.
Al mismo tiempo es importante cuidar nuestras propias emociones y evitar que nos afecten de más al comunicarnos con los padres. Activar nuestra inteligencia emocional es muy importante, tanto para escucharlos de forma empática como para protegernos.
En ocasiones nos topamos con padres de familia que inician una comunicación de forma agresiva o que en lo personal nos hace reaccionar a la defensiva. Esto es inevitable, pues tanto ellos como nosotros somos personas que enfrentamos a diario situaciones difíciles, pero está en nuestras manos lograr una comunicación más aseritva, en la que evitemos las respuestas impulsivas y reflexionemos mejor sobre la situación.
Si tienes la oportunidad y la comunicación ha sido por medio de mensaje, correo electrónico o alguna nota, evita responder de forma inmediata. Nuestra primera respuesta es siempre muy visceral, totalmente emocional y por lo tanto suele ser defensiva o incluso agresiva, por lo que respirar un poco antes de lanzar una respuesta es necesario.
No se trata de darle demasiadas vueltas al asunto, ni de pensar 24/7 sobre algún problema laboral, pero sí de darnos la oportunidad de reflexionar sobre el asunto. Asígnale unos cuantos minutos al problema y al mensaje que te ha llegado, piensa en la situación del alumno, la de casa e incluso lo que has vivido tú con dicho alumno, piensa en lo que ha orillado a un padre a escribirte y qué soluciones puedes dar sin caer en una provocación. Así evitarás que cualquier situación escale a mayores y además te da la oportunidad de encontrar una forma de solucionar más allá de la respuesta que en principio quieres dar.
Si tienes alguna situación que ha ido escalando o que se presenta especialmente problemática puedes pedir consejo a algún otro profesor. Tener una perspectiva nueva es importante. Podemos escuchar nuevos puntos de vista, escapar a nuestra propia visión del asunto, que seguramente tendrá su propio sesgo emocional, y aprender de otras experiencias. No dudes en pedir apoyo, esto puede ser muy enriquecedor.
Aunque la situación que se discute sea la misma, cada persona tiene su propia perspectiva, alimentada por experiencias pasadas y creencias. Ten en cuenta esto, no porque la tuya sea mejor o sea más completa, simplemente porque son diferentes, por lo tanto la forma en que perciben las cosas es distinta. Al mismo tiempo también siempre hay puntos en común, pues con todas las personas podemos tener algo que nos relacione, de una u otra forma.
No pierdas ninguna de estas cosas de vista, te serán útiles para comunicarte mejor con los padres de familia.
¿Cuál es tu experiencia con los padres de familia? ¿Has implementado alguna estrategia?