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Durante las estaciones de frío ocurre algo en el ambiente que para algunas personas implica una carga de melancolía y tristeza. Sí, durante invierno somos más proclives a desarrollar síntomas de depresión, a esto incluso se le conoce a esto como Trastorno Afectivo Estacional, algo ocasionado por una combinación de factores, tanto biológicos, como sociales.
Aunque para algunos puede parecer exagerado, para muchos otros la temporada representa una difícil etapa del año que no siempre es fácil sobrellevar. Desde factores físicos, como el clima, hasta muchas presiones sociales asociadas a esta época, pueden cambiar lo que una persona siente y cómo se enfrenta a su vida diaria. Adicionalmente, el 2020 trajo muchos cambios sociales y preocupaciones que limitaron el contacto con nuestros seres queridos.
El cambio de clima puede ser un factor muy importante para el desarrollo de esta melancolía de invierno. La estación se caracteriza por días más cortos, temperaturas bajas y días nublados, depende un poco de las latitudes, pero esto puede significa una disminución considerable de luz solar, un elemento necesario para mantener nuestro cuerpo activo. Además, generamos mayor cantidad de melatonina, una hormona encargada de regular el sueño, por lo que sentimos la necesidad de dormir más.
A esto se agrega el estrés emocional de las fiestas decembrinas, pues en estas fechas crece la expectativa social, hay reuniones familiares que no siempre resultan agradables y a veces se conjuga con desesperanza y tristeza. Aunque para muchos la Navidad y otras fiestas son razones para sentir felicidad, también hay experiencias difíciles detrás de los festejos. Este año, además, ha estado lleno de pérdidas y dificultades que no esperábamos y que limitaron las fiestas, por lo que una gran cantidad de gente ha experimentado ansiedad o depresión en estos meses.
Lo más importante para enfrentar esta melancolía es de hecho detectarla y aceptarla, pues a veces dejamos que la velocidad del día a día nos ayude a olvidarnos de nuestras emociones, sin darnos cuenta de que algo nos afecta.
No olvides que para poder llevar a cabo todas nuestras actividades con normalidad necesitamos mantenernos en equilibrio, donde nuestra salud física y mental tengan la atención que necesitan. Así que no descuides el aspecto emocional.
Lo primero que puedes hacer es buscar la luz del sol. Claro que esto no es fácil, especialmente si donde vives el sol desaparece en esta temporada y si sumas las temporadas de confinamiento que limitan nuestras salidas, pero si logras identificar momentos soleados, date unos minutos para recibir su calor directamente con todas las medidas sanitarias. Esto ayudará, aunque no es una solución definitiva.
Lo más importante es que aprendas a reconocer y manejar tus emociones. Platicar con alguien a quien tengas confianza o incluso contactar con un psicólogo puede ser muy útil, ya que la terapia puede ayudarte a resolver conflictos importantes, no podemos reunirnos físicamente con nuestras familias o amigos, pero si podemos agendar video llamadas y mensajes.
Otro factor que complica las cosas en esta época es el cambio de rutina, los docentes dejan la escuela unos días al finalizar el año. Muchos esperan esta temporada para volver a ver a sus familias y anhelan estas vacaciones, pero en esta situación dejar la rutina del trabajo implica quedarnos en casa sin reunirnos con nuestros seres queridos. Todo este caos puede convertirse en una pesada carga que no ayuda a regular nuestras emociones, por lo que agregar un poco de orden, rutina y estructura a nuestro día a día puede ayudarnos a sentirnos más seguros.
Procura mantener un orden en tu rutina diaria, si no puedes organizar todo, si busca esos factores que están bajo tu control, como tu horario para despertar e irte a dormir.
Este es una de las recomendaciones que todos hemos escuchado y que parece solucionar casi todos los males. Y aunque puede ser complicado, es muy útil en muchas ocasiones. Esto no implica que tengas que ir al gimnasio o exponerte a los peligros de la pandemia, pero si que agregues un poco de actividad física, la cual puedes hacer desde casa, aprovecha para incluirla en tu rutina y estructurar un poco más tus días.
En estos meses tan difíciles, queremos mantener e incluso aumentar el nivel de energía que ponemos a las cosas, todo con una energía más baja de la que tenemos normalmente. Así que también necesitas date permiso de bajar el ritmo y descansar un poco. Date algunos días para no hacer nada.
¿Has sentido que durante esta temporada tienes la energía más baja de lo normal o que tus emociones causan estragos? ¡Cuéntanos cómo enfrentas estos momentos!