Hacer preguntas puede parecer algo muy sencillo, especialmente en un salón de clases, mientras tratamos que nuestros alumnos obtengan nuevos conocimientos y a los que interrogamos constantemente para comprobar si hemos sido claros o para incentivar la participación en clase, sin embargo hacer preguntas efectivas no es tan simple como parece, muchas veces participan siempre los mismos estudiantes, muchas veces obtenemos respuestas poco satisfactorias o que no nos informan muy bien de la situación de nuestros estudiantes.
Por eso, hacer las preguntas correctas es algo muy importante, así podremos poner a nuestros alumnos a pensar, a cuestionar y a aprender gracias a sus propias mentes. Y nosotros nos podremos enterar de cómo se sienten realmente los estudiantes, cómo perciben su proceso de aprendizaje y si podemos hacer algo para mejorarlo. La clave está en construir las preguntas adecuadas.
¿Qué preguntas hacer entonces?
De entre todas las preguntas que se pueden hacer, saber cómo y por qué son los mejores comienzos, según el contenido en el que estemos trabajando o incluso si buscamos retroalimentación sobre algún procedimiento que les hemos explicado, como la realización de una tarea, preguntar de forma abierta esto será de mucha utilidad. ¿Cómo se resuelven las operaciones? ¿Cómo deben entregar sus tareas? ¿Por qué el resultado de un problema es el obtenido? ¿Por qué se requiere llenar ciertos campos?
Básicamente se trata de inquirir a los alumnos si conocen las razones por las que ocurren los procesos y cómo deben enfrentarlos, en caso de resolver una problemática. Esto mismo aplica para materias como historia o biología, donde la comprensión de cómo y por qué ocurren las cosas es más importante que el nombre de los personajes históricos o las especies.
La otra vertiente para nuestros alumnos está en la experiencia en el salón de clases. Saber realmente que tan cómodos se sienten en el salón de clases, que tan seguros están de cómo deben resolver sus tareas o incluso los exámenes, es esencial. Debido a esto, hacer preguntas con las que nos enteremos de sus experiencias es tan importantes como las relacionadas con la materia.
Estos son solo algunos ejemplos, la misma estructura la puedes aplicar en preguntas específicas con tu propias clases.
¿Sientes que se escuchan tus opiniones?
¿Sabes en dónde encontrar los materiales y cómo entregar tus tareas?
¿Crees que la clase ha sido clara y ordenada?
En una escala de 1 al 5 ¿qué tan cómodo te has sentido en el salón de clases?
Todo esto cobra mayor importancia si nos movemos en un ambiente a distancia, donde obtener la retroalimentación de nuestros alumnos es esencial, tanto en las sesiones en vivo como en ejercicios posteriores. Por ello, tomarte un tiempo para hacer este tipo de preguntas es muy importante, pero ten en cuenta que no todos tus alumnos podrán responder o participar de la misma manera, quizá algunos necesiten apagar sus cámaras para que el internet funcione correctamente u otros no puedan conectarse a tu clase. Busca alternativas para que cada uno te de una respuesta.
Ya sea en una clase a distancia o en el salón de clases de forma presencial, es importante que no te fíes de las participaciones instantáneas. Busca alternativas para que todos tus estudiantes tengan la oportunidad de expresar sus pensamientos, dales tiempo de pensar sus respuestas, incluso permite que las escriban antes de presentarlas a la clase, que algunas de estas se entreguen de forma escrita y que tengan oportunidad de hacerlo en diferentes formas.
¿Qué preguntas haces en tu salón de clases para incentivar la participación? ¿Crees que algunas te han resultado mejor que otras? ¡Comparte con nosotros!