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Por: Marcia Liliana Álvarez Flores
Este acontecimiento nos hizo reflexionar acerca de nuestra labor docente, sobre los cambios y las nuevas metas, que como a muchas cosas, les tenemos miedo, aunque no siempre son malos, si no todo lo contrario. En este caso fueron muy buenos, porque, al haber pasado lo del confinamiento debido al virus que afectó a todo el mundo, la educación dio un gran salto tecnológico al que teníamos que adecuar y adaptar las clases, las cuales se convirtieron en virtuales.
Tomamos cursos que nos ayudaron a estar a la vanguardia, con todas estas modificaciones, utilizando las herramientas que nos brindan las plataformas de internet. Ahora somos más cibernéticos, porque aprendimos a manejar más la computadora, a buscar cada vez más estrategias y métodos que hicieran nuestras clases más interesantes para la gran diversidad de alumnos con la que contamos en un salón de clases.
Escudriñamos a fondo la computadora, encontrando, cada vez que buscamos, nuevas actualizaciones de la red, un nuevo programa. Al inicio lo sentimos difícil, por ser algo nuevo, pero ya usándolas la primera vez, nosotros solitos buscamos y descubrimos nuevas formas e ideas para utilizarlas con nuestros alumnos, para que nuestras clases sean atractivas e interesantes.
El trabajar en forma colaborativa también fue más significativo con nuestros compañeros, pues valoramos más las aportaciones de nuestros colegas, además, en lo personal, me pude dar cuenta del afecto que sentían los demás, como yo por ellos, la necesidad de mantenernos comunicados. Esto fue un cambio necesario para que el ser humano diera un paso más a la evolución humanista de todos.
Sin duda, todos los seres humanos estamos en otra etapa de desarrollo de conciencia y si tuvo que pasar lo de virus COVID-19 para darnos cuenta de los errores en los que estábamos enfrascados, adelante, hay que seguir haciendo cambios humanistas de conciencia personal y colectiva, sin olvidar los cuidados para prevalecer y mejorar en nuestra práctica docente, para que, cuando regresemos a clases presenciales, las cosas sean diferentes.
Nosotros como docentes debemos seguir en la mejora de nuestra práctica, para que todos los niños, niñas y adolescentes del planeta sigan avanzando en su desarrollo, hay que seguir actualizándose. Recordemos que los niños son el futuro y, por supuesto, que deben de estar bien preparados… ¡Bienvenidos a la nueva normalidad, que vino para quedarse, ya nada será como antes!
Tenemos una gran responsabilidad como trabajadores de la educación, el trabajar con dedicación, amor e interés por nuestros alumnos, que pueden confiar en nosotros, escuchar las inquietudes que han ido desarrollando en esta pandemia, mostrarles una actitud positiva y que podemos trabajar desde la distancia.
Todos los maestros y estudiantes hemos tenido la oportunidad de continuar aprendiendo y la forma en la que nuestra escuela se va acoplando, buscando acciones para favorecer el regreso de la totalidad del alumnado y garantizar que todos los niños, niñas y adolescentes tengan educación integral y de calidad.
En lo que respecta a los padres de familia, al igual que nosotros, se vieron en la necesidad de experimentar estos cambios, ya que la educación a distancia requería que los padres estuvieran atentos con sus niños y, al principio, hubo una resistencia, pero poco a poco fueron integrándose y se convirtieron en un gran apoyo.
Para nosotros como docentes es muy importante esa gran ayuda que los padres de familia han brindado. Algunos padres, incluso, preguntan cómo le hacíamos para trabajar con sus hijos, pues en estos momentos de crisis es cuando valoran la gran responsabilidad que tenemos como docentes, reflexionaron más sobre la labor que venimos impartiendo y ahora se dan cuenta del valor que uno como maestro tiene.
Las familias se fueron adaptando y la comunicación que se tuvo con los estudiantes fue favorable, nos hemos adaptado a los nuevos cambios que la educación a distancia requiere y puedo asegurar que ya hemos dominado las herramientas digitales a un 90%, si no es que más, tanto alumnos como maestros.
Al inicio me percaté de que mis alumnos destacados entregaban las actividades hasta el último día de entrega, mientras que los que no participaban en línea lo hacían muy bien. Sí hubo cambio de su parte, ya que la interacción fue menor en algunos, pero sirvió para que los que participaban menos de manera presencial, lo hicieran virtual. En general es más la interacción que tengo, en lo personal, con mis alumnos.
Al inicio estaba escéptica, porque pensaba que no se lograrían los aprendizajes, me decía a mi misma: “si no logramos lo que nos marcan los contenidos a veces, a distancia será más difícil”, pero me llevé una gran sorpresa, pues, como cada quien está en su hogar, los alumnos están más atentos, no tienen esos distractores que en un salón de clases se encuentran con facilidad, además, muchos alumnos tienen a uno de sus padres a un lado.
La disciplina es muy buena, son más participativos, creo que, en general, buscan herramientas que las tecnologías nos brindan y que despiertan el interés y la creatividad de cada uno de ellos, pues les gusta presentar sus trabajos, además buscan temas de interés y les asignamos un día para debatir el tema elegido.
En lo personal, mi problema de salud fue que me deprimía, sentía que no estaba dando el 100%, que habían muchos aprendizajes significativos que me faltaban. Me daba tristeza, porque antes de que estuviera el confinamiento estaba en una etapa muy bonita de mi profesión, que cada vez que salía de mis clases me sentía muy satisfecha con lo que se lograba en mis alumnos, el verlos bien motivados e interesados por los temas, deseaba iniciar el trabajo, estar en clases de nuevo.
Al final, se ha logrado sacar adelante los aprendizajes esperados, aunque no fue igual como cuando estábamos en el salón de clases. La respuesta de nuestros alumnos y la participación activa de los padres de familia es siempre buena, los temas son más ilustrativos por la parte virtual, son favorables los aprendizajes que se abordan y podemos comprobarlo con los portafolios de experiencias de cada uno de ellos.
No me arrepiento de haber elegido esta bonita profesión, el trabajar con los alumnos es muy reconfortante, puedes darte cuenta de qué aprenden y cuando les llama la atención lo que les estás explicando y eso no tiene precio. El actualizarnos e involucrarnos más en las TIC nos ayuda a mejorar el desempeño en el aula, no se puede negar que existe cierto miedo a lo nuevo, pero una vez que inicias, descubres y te adentras más, el tiempo avanza más rápido, ya no puedes dejarlas y todos estos cambios han sido para mejorar en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Marcia Liliana Álvarez Flores, Maestra de Biología, trabaja en el Colegio Bilingüe Fray Pedro de Gante, en el Estado de Sinaloa, Municipio de Ahome, su principal objetivo es inculcarles a sus niñas, niños y adolescentes el interés por la investigación en el área científica. En el colegio en que labora, sus logros han sido permanecer en los primeros 3 lugares durante varios años en el concurso de Expogenios del CIE.
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