Por: Luis Ricardo Salgado Salgado
Docente en Educación Básica, nivel primaria
Un año y casi tres meses de resguardo sanitario es lo que nos ha dejado esta epizootia. Afortunadamente en el sector educativo estamos más que preparados para afrontar cualquier contingencia. Si bien es cierto que tuvimos nuestros contratiempos en un inicio, pasados un par de meses supimos acomodarnos como siempre, haciendo adecuaciones curriculares y adaptando los contenidos a las nuevas formas de enseñanza, sincrónicas y asincrónicas, propiamente.
Ahora bien, es importante mencionar cómo la pandemia ha sido una revelación docente, en la cual nosotros nos redescubrimos, teniendo que crear nuevas ideas y diseñando estrategias didácticas, llevándolas al campo educativo, al ambiente de aprendizaje, ¡al espacio pedagógico, pues! Entonces, ¿a qué me refiero con revelación?
Ya sabemos que nuestra capacidad biológica de adaptación es algo que traemos desde fábrica, pero asumir un rol y transmitir una idea ya es otra cosa. También sabemos que la tenemos que hacer de locutores de radio, presentadores de televisión, animadores de shows y crear un club de docentes fitness, sólo por poner algunos ejemplos.
Razón por la cual considero que no está de más compartir con ustedes, apreciados lectores, un par de actividades sugeridas, para mantener ese entusiasmo con los estudiantes, los padres de familia y con nosotros mismos. Todo, claro está, es desde mi experiencia, mi práctica, mis adecuaciones y mi grupo, con sus características específicas que me hacen sentir a gusto cada que trabajo con ellos.
Las actividades son variadas, según lo requiera nuestro alumnado y nuestro encuadre al inicio de ciclo escolar o en el momento en que se nos asigne el grupo, por ejemplo:
-Entablar una línea de comunicación directa, constante y continua con los padres de familia, en donde se les explique el encuadre y la dinámica con la que se está trabajando.
-Explicar a los padres de familia cómo se les solicitarán los trabajos a los alumnos y acordar con ellos fechas y medios de entrega.
-Ser flexible con cada padre de familia para la recepción de actividades; para ello es necesario ponerse de acuerdo desde el principio del ciclo escolar o al menos cada trimestre de evaluación.
-No presionar a los estudiantes, ni saturarlos de actividades con tal de avanzar en los contenidos con los libros de texto.
-Seleccionar solamente aquellos temas que se consideren de mayor importancia para cada estudiante, según su ritmo y estilo de aprendizaje.
-Crear grupos de Facebook o WhatsApp donde se mande información sobre los contenidos temáticos.
-Apoyarse en el programa Aprende en Casa, para reforzar los temas.
-Establecer fechas y horarios con los estudiantes para reunirse a través de Google Meet, Zoom, o cualquier plataforma similar y tener asesorías virtuales para explicar los temas a los alumnos. En el caso de los más pequeñitos, tratar con los padres de familia y, en caso de no contar con los medios para asesorías virtuales, buscar la forma y el medio.
-Mantener constante y continua comunicación con el grupo por WhatsApp, SMS o llamada, para aclarar dudas y dar seguimiento.
-Avanzar con los contenidos, de acuerdo al ritmo de cada grupo y evitar generar estrés, ansiedad, falta de atención, deserción, etcétera.
-Crear planeaciones o planes de trabajo para atender a los grupos, según sea la necesidad educativa.
-Adaptar los temas de los libros de texto de cada asignatura para brindar un mejor apoyo y construir un aprendizaje significativo.
-Insistir con aquellos alumnos con los que aún no se ha tenido contacto, de manera que se mantengan vigentes y activos durante el ciclo escolar.
Como pueden apreciar, mis estimados colegas, estas actividades son simples pero diamantinas. No estará de más acercarnos, preguntar, compartir, sugerir y hacer observaciones entre nosotros para poder ofrecer un mejor espacio donde se gesten y construyan nuevos aprendizajes para nuestros estudiantes. Ya verán que, al final de todo y al recordar cómo el COVID-19 no pudo con nosotros, diremos con una sonrisa y un rostro afable: ¡Miren, por aquí pasó una pandemia!