05 de julio de 2021
Por: Luis Ricardo Salgado Salgado
Docente en educación básica nivel primaria
Esc. Prim. Urb. Fed. Ignacio Ramírez, Tetecala Morelos
Escribo desde mi escuela, en los comedores para ser más específico, y desde aquí reflexiono. Pocos días faltan para culminar este ciclo escolar 2020–2021, que tantas enseñanzas nos ha dejado y que también mucho se ha rumorado sobre las expectativas que se tenían por allá del mes de agosto, que fue cuando se reinició y continuó con la modalidad a distancia.
Durante las últimas semanas del mes de junio y las casi dos que van de julio: se implementó el “Programa Piloto de Regreso a Clases Presenciales Seguras en Morelos”, se llevó a cabo la octava sesión de CTE, se elaboraron fichas descriptivas, se registró el tercer periodo de evaluación en la plataforma MICEEB, se revisó el caso de los estudiantes con nivel de comunicación intermitente e inexistente, haciendo las observaciones pertinentes; también se validó en plataforma a cada uno de los discentes para que después quedaran listos sus certificados de grado; en fin, ya sabemos todas las actividades que nos competen según la función que desempeñamos.
Ahora bien, más que claro ha quedado que a un año y cuatro meses que llevamos de esta pandemia es imperante que un docente y un estudiante se sitúen en un aula y en un ambiente de aprendizaje propicio y con materiales educativos adecuados a su ritmo y estilo de aprendizaje. Como bien sabemos, muchas veces en una clase normal –me refiero a cualquier lunes o martes en la escuela, sin pandemia– hay casos en los que esporádicamente teníamos que regresarnos un poco en algún tema que por razones diversas no quedaba claro, entonces, si tomamos en cuenta las condiciones con las que convivimos durante todo este ciclo escolar, el asunto de “que un primer acercamiento entre docente y estudiante se dé en el salón de clases”, estoy seguro y muy de acuerdo en que requiere y demanda atención.
Por otro lado, existen controversias sobre lo beneficioso o perjudicial que puede resultar un primer encuentro de personas en un mismo espacio educativo, y ¿cómo no ser cautelosos?, los problemas están a la orden del día, han estado y siempre lo estarán. Antes de la cuarentena causada por el famoso y muy popular virus, los problemas ya caminaban entre nosotros, eran de otra índole, categoría o naturaleza, pero ahí estaban y siempre supimos cómo salir adelante aún con ellos. ¿Quiénes?, pues los docentes. La única diferencia es que no teníamos que estar resguardados en casa, no debíamos realizar las actividades académicas en la sala, cocina, cuarto, comedor, etcétera.
Asumo que la mayoría de lo que hacemos ahora ya lo veníamos realizando, por ejemplo: estar en constante contacto con los padres de familia, estar atentos a los avances de nuestros estudiantes, estar en comunicación con nuestro director para informar sobre alguna situación en particular suscitada en la escuela, revisar y calificar tareas, trabajos o alguna prueba de conocimientos generales, reunirnos con padres de familia para informar sobre resultados de evaluaciones trimestrales, ser flexibles en los trabajos que nos entregaban, pero muy específicos al momento de recibirlos, hacer treguas con los educandos por si no podían entregar una actividad en cierta fecha y posponerla, entre muchas otras cosas más que ya conocemos.
Reitero, es algo que creo ya lo hacíamos. Ahora, el virus nos cambió la jugada sí, pero al final el trabajo es muy parecido; epistemológicamente hablando puedo decir que nos cambiaron la forma, mas no el fondo.
Esta mutación educativa es algo que va a pasar y estoy seguro de que lo sabremos llevar de la mejor manera como siempre lo hemos hecho. Apoyaremos a nuestros escolares, entablaremos líneas de comunicación con nuestros padres de familia y atenderemos indicaciones por parte de nuestras autoridades educativas y superiores inmediatos.
Este próximo ciclo escolar 2021-2022 será productivo, provechoso, funcional y benéfico para todos nuestros estudiantes, el paso por las aulas y escuelas será un renacer académico y una metamorfosis para nuestros educandos. ¿Cómo se logrará todo esto? Fácil, de la mano de un docente.