El trabajo en el aula es un empleo complejo, enseñar no es solamente transmitir conocimientos, explicar cómo se hace una suma o hablar de las batallas más famosas de la historia, implica conocer a los alumnos, inspirar su curiosidad, aumentar su motivación, conocerlos para mantenerlos atentos y verlos crecer, no solamente a través de sus calificaciones, sino como personas, cada día más fuertes.
Por todo eso, enseñar implica trabajar cada día nuevas estrategias, el manejo de la voz, el uso de nuestro cuerpo, saltar a escena y crear materiales, pero no siempre es sencillo. Aquí hablaremos de una técnica que puede ayudarte a crear ambientes interesantes y llamar la atención de tus alumnos.
Nosotros como maestros competimos por la atención de nuestros alumnos con redes sociales, tecnología, películas, juguetes, etc. y esto se hace cada día más difícil.
¿Qué tienen los programas de televisión o los juegos que los hacen tan llamativos? En la educación se han adoptado metodologías que antes han sido efectivas en otros contextos, estrategias que han detectado que aumentan la motivación, la atención y la participación de los usuarios, como los juegos de video o incluso las series y películas. Pero la respuesta casi siempre está en las estructuras de estos productos, las cuales incluso a nosotros nos atrapan.
El ser humano es, desde el inicio de su historia, un narrador empedernido. Ya sean sus propias hazañas o las hazañas de otros, desde las primeras huellas de la civilización y el lenguaje, hay rastros de la afición del ser humano por contar y escuchar historias. Hace muchos años eran necesarias para la supervivencia, pues contenían lecciones importantes sobre casería, lugares peligrosos o necesidades importantes y poco a poco se crearon los mitos, historias con las que el ser humano explicaba su mundo, su origen, su vida. Podemos intuir que una de las actividades más importantes para el ser humano siempre ha sido el contar historias.
Quizá por eso es que somos tan proclives a engancharnos con una buena historia. Nos encantan las películas, los libros, las series e incluso las canciones que nos cuentan hazañas, aventuras y emociones, esto nos transmite y nos engancha a personajes con los que nos identificamos. Esta es la base del storytelling, una técnica utilizada en la publicidad para despertar las emociones del público y ganar su atención a través de esto. Algo que ha trascendido y ahora es parte de muchos ámbitos, incluido el educativo, pues puede ser muy útil para no competir por atención de los más jóvenes, sino atraerla al 100%.
El storytelling no es necesariamente el contar una historia como tal, sino aprovechar la estructura natural de éstas para darle un giro a nuestro discurso, es aquí en donde se gana la atención de nuestro público, pues nos ligaremos a través de las emociones que vamos a despertar en ellos.
Comienzo: presentación de personajes, aquí vamos a presentar un contexto, una forma en la que se hacen las cosas y se han hecho por mucho tiempo. Es importante para dar a nuestra historia verosimilitud.
Héroe: En el contexto que hemos planteado debe aparecer un héroe, un protagonista que cambiará las cosas.
El viaje: este héroe necesita estar preparado para cambiar el mundo en el que vive y para ello debe prepararse, algo debe ocurrirle al héroe que lo enfrentará a la necesidad del cambio o que lo marcará como un iniciado.
Coda o moraleja: Este héroe, tras su gran aventura vuelve al contexto del que partió, pero con la sabiduría que le ha dado la experiencia, esto debe de cambiar la vida como la conocía, para llevarla a un mejor nivel, a un mejor contexto.
Este planteamiento no tiene que llevar por fuerza a una narración como la conocemos, sino a la estructuración del mensaje que transmitiremos. El héroe necesita por fuerza una contraparte y el contexto necesita de la resolución que le dará el personaje principal a la situación.
Un ejemplo básico de esto, por ejemplo sería, hacer de los signos en las operaciones aritméticas una especie de héroe y un villano o enemigo, el signo positivo aumenta la cuenta, mientras el negativo la hace aún menor o más profunda, esta lucha de poderes es lo que da orden al caos de los números, en donde el contexto inicial sería el desorden, hasta que el héroe le da un sitio al signo negativo en las profundidades de una especie de inframundo.
Esta forma de narrar las cosas le da un giro muy especial a la clase, les llama la atención a los alumnos y hace que las partes teóricas tengan un sentido importante en la clase práctica.
¿Alguna vez has intentado hacer storytelling en tu clase? ¡Comparte con nosotros tu experiencia!