Sin embargo la lectura suele ser poco atractiva para los más inquietos, especialmente para estas generaciones que se han acostumbrado a una cultura mucho más visual gracias a la presencia de tecnología.
En general, las vacaciones son excelentes oportunidades para practicar algún deporte, conocer nuevos lugares y establecer buenos hábitos. La lectura es especialmente favorable para estudiantes en particular. A través de ésta desarrollamos habilidades para expresarnos y estructurar el pensamiento, se desarrolla la concentración, estimula la curiosidad, la imaginación e incluso nos ayuda a conocernos a nosotros mismos, por lo que es esencial para el desarrollo.
Muchas veces relacionamos la lectura solamente con la obligación de los estudios o a la restricción de hacer otras actividades hasta después de leer, por ello se ve en los libros una obligación aburrida más que una fuente de entretenimiento o conocimiento.
Enseña a los más pequeños en casa que leer puede ser muy divertido, esto a través de un ambiente en el que se vea como algo emocionante o atractivo. Crear un rincón especial en casa para leer, que sea su campamento especial o un lugar escondido, por ejemplo, dará una característica de juego a los libros. Así como la presencia de estos en diversos rincones del hogar, pues al tenerlos a la mano será más probable que los tomen por sí solos.
Sí, como la mayoría de los hábitos, la lectura se aprende en gran parte por imitación, así que si deseas que tus pequeños se conviertan en ávidos lectores el mejor modo de intentarlo es hacerlo constantemente. Usa los libros en tu vida diaria, abre espacios en la rutina familiar para leer y comparte con ellos tus lecturas, conversen sobre los temas que leen, por qué les gustan o les disgustan los libros y haz de ellos un tema común en tu casa.
Una característica de la lectura es el placer que nos provoca. Esa sensación de curiosidad y emoción es lo que despierta en nosotros la necesidad de leer más, por ello no lograremos que un niño o joven se adentre en el mundo de los libros si ofrecemos textos que no les interesan. Abre el panorama para ellos, busquen textos que se apeguen a sus intereses, que hablen de sus personajes favoritos, que hablen de los temas que los entretienen y permite que a través de éstos, ellos descubran el placer de leer.
En ocasiones queremos que nuestros hijos lean los libros que leímos en la infancia o queremos acercarlos a autores clásicos que no despiertan ningún interés en ellos, también es común que tengamos algunas restricciones como la obligación de acabar un libro para empezar otro. Esto nos ata a textos que en realidad no nos interesan o que no son lo que esperábamos. Deja que ellos exploren qué les gusta leer y si comienzan un libro sin encontrarle interés, deja que cambien a otro.
¿Tienes alguna estrategia para incentivar la lectura en tus pequeños? ¿Qué tanto leen tú y los más jóvenes de tu hogar durante vacaciones?