¿Alguna vez te has preguntado por qué cada cuatro años añadimos un día más al mes de febrero? En la escuela nos han enseñado que el año tiene 365 días, regla que se cumple normalmente, sin embargo cada cuatro años existe uno de 366, porque el mes de febrero tiene 29 días. Esta costumbre ocurre porque cada año, para la mitad del globo terráqueo, en realidad tiene 365 días, 5 horas, 48 minutos, por lo que, si juntamos esas horas se hacen 24, un día más. Para ajustar ese pequeño desfase, los romanos agregaban un día antes del primer día de marzo, que en aquel entonces era entre el 24 y 25 de febrero, por ello, al establecerse el calendario gregoriano se agregó después del 28 de febrero.
¿Pero de donde viene la palabra bisiesto?
De la expresión latina bis sextus dies ante calendas martii, que significia, “repítase el sexto día antes del primer día de marzo”. Con el tiempo se acuñó la palabra “bisiesto”.