No importa el grado que impartas, enseñar es un gran reto, pues cada etapa de desarrollo tiene sus particularidades. Pero en esos grados en los que hay una transición para los alumnos pueden convertirse en desafíos especialmente complejos para los docentes, pues se enfrentan a estudiantes que se encuentran entre dos etapas.
Entre los 10 y los 14 años, aproximadamente, los estudiantes pasan por una de las transiciones más complejas, pues dejan atrás su infancia y comienzan a enfrentar la adolescencia, sin serlo plenamente aún.
En esta transición hay cambios poderosos que acompañan a nuestros alumnos y que también ocurren durante momentos decisivos para su curso por la escuela, ya que salen de la primaria y entran a la secundaria. Esto representa cambios en su estructura diaria, muchas veces cambian de escuela, entran a nuevos centros educativos, conocen nuevos compañeros, deben enfrentarse a nuevos y numerosos maestros, cambios de horario, nuevas responsabilidades, todo en medio de la confusión de los cambios emocionales y físicos por los que transitan.
En medio de estas transformaciones tenemos alumnos que poco a poco y día a día construyen su propia identidad, que van dejando atrás momentos de su infancia y que probablemente se enfrentan a mucha confusión, bombardeados por información, no siempre confiable, y muchas veces contradictoria. Presionados por las expectativas sociales y, en ocasiones, situaciones familiares o personales realmente complejas.
En medio de toda esa confusión el docente necesita transmitir su plan de estudios, pero también acompañarlos, guiarlos a través de una transición compleja. El apoyo del docente pude ser clave para el futuro de esos estudiantes.
Reflexión
Ayudarlos a reflexionar sobre estos cambios a través de preguntas y cuestionamientos, es útil para que ellos mismos puedan entender mejor su proceso y su transición. Así como para entender lo que ocurre a su alrededor, lo que socialmente implica y las expectativas que hay al respecto en la escuela o con sus compañeros. Aunque a nosotros nos parezca que hay cosas obvias, ellos están en una etapa en la que todo es nuevo.
Autorregulación
Muchas emociones, energía e impulsos acompañan esta etapa, así que darles estrategias para pausar sus acciones, como ejercicios de respiración o incluso de meditación serán útiles para su vida diaria y para el salón de clases.
Empoderar sus decisiones
Conforme crecen necesitan reforzar su autonomía y ganar seguridad sobre sus decisiones, por lo que darles poder sobre su proceso educativo es esencial. Dales opciones, escucha sus opiniones, busca su participación en proceso dentro del aula, crea en conjunto con ellos las reglas que regirán al grupo así como las consecuencias, empodéralos para que se sientan seguros de sí mismos.
Conocerse a si mismos
No solamente en un plano introspectivo, también en los aspectos físicos, ayúdalos a explorar sus fortalezas, conocer sus debilidades y a desarrollar una mentalidad de crecimiento con la que superen las dificultades.
¿Cómo apoyas a tus estudiantes durante sus transiciones?