Es difícil para los investigadores saber cuándo y cómo se originó una lengua, especialmente porque los registros escritos suelen usar la forma más culta aceptada y no la lengua que utiliza la gente. En la Edad Media los monjes y escribanos utilizaban el latín culto para los documentos que se transcribían, pero eso no significa que comúnmente la gente utilizara esa lengua, por eso encontrar una fecha en la que el español ya se diferenciara del latín es complicado.
A pesar de ello, los estudiosos han encontrado huellas de un latín parecido al español en diversos textos medievales. Los textos más citados son las Glosas Emilianenses, anotaciones hechas al margen de un manuscrito hecho en el monasterio de San Millán que dan muestras de un latín más parecido al español que al latín, aunque también se ha hablado de la Nodicia de Kesos, anotaciones al margen también, pero que muestran una lista de compras que seguramente puso ahí un monje hambriento. Estos textos datan de los siglos IX y X. ¡Uf, eso si era español, no como el de ahora!