Ya que comienza la época del año en la que los alumnos se entusiasman con los disfraces, las historias de miedo y quizá las golosinas, pero cuando creces y te convierte en maestro, las historias de terror ya no son las mismas. Aquí hay una lista de momentos de terror que le ocurren a los profes de todos los niveles educativos, no porque sean sobrenaturales, sino porque de verdad, dan miedo.
Cuando el director quiere hablar contigo
Ese momento en el que entras a la escuela, motivado por comenzar un buen día o sales al receso con cara de alivio, nunca falta que el director se acerque a ti y te pida unos minutos para hablar contigo. “Sí, claro. ¿Todo bien?”
Cuando despiertas y te das cuenta que… estás afónico
¡No! Esa bebida fría que compraste el día anterior y la dinámica que hiciste con tus alumnos no fueron una buena combinación. ¡No! Eso no te puede ocurrir a ti, siempre cuidas tu garganta. ¿Por qué las cosas malas le pasan a las personas buenas?
Cuando tienes varias clases… y es temporada de exámenes
En general la temporada de exámenes es muy difícil, tus alumnos están estresados, te toca dar repasos, calificar tareas, apoyar alumnos que tienen dudas y organizar todo lo que significa una evaluación, pero si además das clases en varios grupos o das más de una materia se convierte en una zona de desastre.
“Profe, nos podemos reunir”
No todos, claro, pero cuando los padres que han sido intransigentes o presionan demasiado quieren reunirse contigo es un momento que podría hacer a cualquier maestro darse la vuelta. Para esos momentos necesitas estar relajado, tener un plan a la mano y hablar con tranquilidad, pero vamos, no es nada fácil.
Cuando tus alumnos bien portados se portan mal
Sin importar que tan difícil sea un grupo, siempre hay algunos alumnos que te ayudan a estabilizar el grupo, a separar a los alumnos más difíciles y calmar un poco las cosas, pero también hay algunos días en que hasta los mejores niños se portan mal y esos momentos son para tener miedo.
Ver que alguno de tus alumnos peor portados tiene un hermano pequeño
Hay alumnos que representan un reto todo el año, pero poco a poco logras avances y bueno, solo es cosa de llegar a fin de año. Hasta que te das cuenta que ese niño tiene un hermano más pequeño y que seguramente te tocará darle clases también.
La última hora del día
Sin importar el día, el clima, la época del año la última hora del día es muy difícil, los alumnos ya están cansados y entusiasmados por salir de clases, tú ya usaste toda tu energía en otros grupos (o en el mismo salón) y esa última clase del día puede llegar a ser muy complicada. ¡Pero es la última!
El recreo… dentro del salón
Normalmente los recesos son buenos momentos para relajarse un poco o ponerse al día con algunos exámenes, los estudiantes salen y liberan energía, se divierten mientras tú tienes oportunidad de resolver alguno de tus mil pendientes o mínimo comer algo, pero hay momentos en el año en que no, eso no va a suceder según el orden normal de las cosas, porque tienes a todos tus estudiantes dentro del salón, aburridos, frustrados y acalorados.
Eso pegajoso
Cuando tienes que ayudar alguno de tus estudiantes a buscar algo, metes la mano a una mochila, una lonchera, un cajón y está pegajoso. El niño te abraza o te da algún detalle, lo tomas de la mano y está pegajoso. Recoges los cuadernos para revisar la tarea y uno está pegajoso… Nunca faltan las sorpresas cuando de alumnos y sustancias viscosas se trata.
¿Crees que en las películas de terror pasan cosas malas? ¡Es que no eres maestro!