La realidad en cualquier salón de clases es que la personalidad y el contexto de cada uno de nuestros alumnos son totalmente distintos, más allá de su propia individualidad, siempre existe la posibilidad de que alguno de ellos se encuentre en algún grupo de marginación o tenga alguna condición que lo haga vulnerable, esto puede provocar que dentro de la escuela o el aula ocurran casos de discriminación o de bullying o acoso escolar, algo que ocurre, muchas veces, por una cuestión de diferencias, de ser distinto al grupo mayoritario o de encontrarse en alguna posición de vulnerabilidad.
Para evitar cualquier tipo de discriminación o señalamiento, es muy importante que la educación tenga una perspectiva de diversidad, en donde el enfoque sea de aceptación, de integración y de comunidad, donde sin importar las diferencias, cada miembro de la comunidad sea aceptado y respetado por sus propias características.
¿Cómo incentivar una perspectiva de diversidad en el salón de clases y cómo puede cambiar nuestra aula si tenemos esto en mente?
Sin importar cuáles sean los rasgos de diversidad que encontremos en nuestro salón, es importante que exista respeto por las diferencias de cada uno de los alumnos e incluso de los maestros. No se trata de exhibir a ningún alumno, pero sí de hacerle ver a cada estudiante que las diferencias aportan más que separarnos o restar al grupo, y esto se logra a través del respeto, pero también de la pluralidad y de la consciencia de que todos somos distintos.
Hablar en el salón de lo que nos diferencia entre nosotros es muy importante, así como mostrar a todos cómo esas asimetrías hacen del grupo uno más fuerte, con más oportunidades.
Este respeto por la pluralidad también necesita reforzarse en la consciencia de que la pertenencia. Aunque en grupo todos podemos ser diferentes, es necesaria la idea de que todos tenemos algo que aportar y que todos pertenecemos a nuestra comunidad. El trabajo en equipo, la colaboración, sentirnos escuchados y apreciados por parte de nuestro grupo es necesario. Por lo tanto, un espacio en el que los alumnos puedan exponer sus ideas, aprende a escuchar a sus compañeros y sentir que todo esto es implementado en las reglas de grupo, en la dinámica del salón y que sus acciones e ideas hacen una diferencia en cómo ocurren sus clases, podría ayudar a nuestros alumnos a desarrollar un sentimiento de pertenencia, preocupándose por el otro.
Aunque en nuestro salón de clases sea una regla general el respeto a la diversidad, como docentes y en general como miembros de la sociedad, sabemos que esto no se da en todos los contextos, no todas las personas aprecian la diversidad como un valor para la comunidad, pero una buena manera de prevenir la discriminación en otros contextso es incentivar en cada uno de nuestros estudiantes la confianza en ellos mismos, hacerles ver que sin importar lo diferentes que sean de otras personas, todos tenemos fortalezas y debilidades, todos somos importantes y valiosos para nuestra comunidad, todos somos particulares en alguna medida y todos somos merecedores del mismo respeto.
De esa forma los propios estudiantes sabrán cuándo levantar la voz para defender sus derechos y los de otros a su alrededor, pues siempre sabrán que cada uno merece el mismo respeto, sin importar cuáles sean las diferencias.
¿Cómo trabajas con la diversidad en tu salón de clases? ¿Qué estrategias usas para incentivar el respeto entre todos los compañeros?