Ser maestro es uno de los trabajos más estresantes, convivir con tantas personas y estar expuestos a muchas presiones hacen de esta profesión una de las más cansadas y difíciles, por eso, es muy importante que trabajes en tu equilibrio emocional y físico, tanto como trabajas por tus alumnos. No es una tarea fácil, especialmente cuando los salones están llenos de niños y la casa llena de trabajos pendientes.
Aunque en vacaciones también hay muchos deberes que cumplir es muy importante que en tu agenda hagas espacio para renovar tu energía y fortalecer tu espíritu, solo así podrás volver al salón de clases con la paciencia, la energía, la empatía y todo lo necesario para la segunda mitad del ciclo escolar y para tus alumnos.
¡Descansa!
Haz espacio un día de las vacaciones para dormir todo lo que puedas, levantarte hasta que no puedas estar más en la cama y dejar de lado todas las presiones de casa. Un solo día, por lo menos, date la oportunidad de hacer las cosas fáciles y no caer en actividades que conlleven más trabajo. Y dile a tu familia que ese día estarás fuera de servicio o vive ese día con ellos, vean películas todo el día, no cocinen, no hagan limpieza, solamente un día.
Haz ejercicio
Durante el tiempo que pasas frente al salón de clases el tiempo para hacer ejercicio es mínimo, pero en estas dos semanas date la oportunidad de correr por las mañanas y bailar en las tardes o salir a hacer actividades con tus pequeños que impliquen esfuerzo físico. Hace frío, pero si es posible hazlo al aire libre, si no, por lo menos establece una rutina en casa de ejercicio importante, no necesitas mucho y esto hará que tu cerebro libere dopamina y sertonina, sustancias que te harán sentir feliz y relajado.
Medita y respira
La respiración es una herramienta muy importante para mantenernos tranquilos y ayudar a nuestro cuerpo a reponer sustancias necesarias. Si buscas en Youtube o en plataformas de música por streaming podrás encontrar podcast y meditaciones guiadas, incluso si no sueles hacer este tipo de ejercicios, existen audios para principiantes que no te tomarán más de diez minutos. Esto puedes hacerlo con toda tu familia, para todas las edades es una herramienta muy útil.
Siempre en el presente
Seguramente has escuchado hablar del mindfulness o atención plena, una técnica que busca mejorar la calidad de vida de las personas y que básicamente consiste en estar en el momento presente completamente atento a lo que ocurre en ese momento y evitar que la mente divague entre preocupaciones o factores de estrés. No es sencillo, pues requiere un poco de práctica, pero unas vacaciones son el momento perfecto para comenzar a implementarlo. Puedes hacer este ejercicio: pon una alarma en tu teléfono que suene en diferentes momentos del día, de preferencia que no siga ningún patrón ni que sea demasiado intensa, el sonido de una campanilla sería ideal. Cada vez que suene será el momento para respirar profundamente y recordarte en donde estás y qué estás haciendo.
Detente durante uno segundos a apreciar lo que ocurre a tu alrededor, date la oportunidad de aceptarlo y busca una manera de contribuir de la mejor manera posible.
Abraza y déjate abrazar
Recibir abrazos es una manera sencilla de elevar nuestros niveles de oxitocina, una sustancia que nos ayuda también a estar relajados y felices, así que estas fiestas son la oportunidad perfecta para recargar a tu cuerpo de todas las cosas positivas y alejarlo del estrés.
Trabaja en tu respuesta al estrés
Sabemos que diciembre es un mes difícil, aunque hay vacaciones también hay otras dificultades de muchos tipos que te harán estresarte. Y también es una buena oportunidad para observar cómo reacciones a situaciones difíciles, analizarlas y si es necesario cambiarlas, porque aunque no podemos evitar las obligaciones, los pendientes o incluso los compromisos, si somos dueños de nuestras reacciones y nuestras emociones. Conocerte y buscar alternativas cuando tu forma de reaccionar no es la mejor te ayudará también en el salón de clases. Si te encuentras en una situación de mucho estrés, detente un segundo y analiza qué te causa estrés y cómo reaccionarás. Busca opciones que sean más sanas, por ejemplo, evitar el conflicto.
Ahora ya lo sabes, las vacaciones son necesarias para recuperar energía, tanto física como mental. ¿Cómo haces para fortalecer tu paciencia y tu empatía?