Parecería que el momento de retirarse es un motivo de alegría, finalmente se ha cumplido un ciclo y es posible dedicarle más tiempo a lo que nos divierte o nos hace felices, después de una vida de trabajo llega el momento de relajarse, disfrutar… o no tanto. Entre las condiciones económicas que vivimos y que, a decir verdad, estamos más acostumbrados a trabajar que otra cosa, retirarnos puede ser fuente de depresión e insatisfacción. Especialmente para quienes dedicaron sus días de trabajo a cumplir una labor que va más allá, tal como dar clases, pues nuestra acción tiene un efecto en otras personas. De esto nos habla Marc Freedman en su libro Encore, quien se ha dedicado a analizar las posibilidades tras el retiro en el mundo de hoy.
Actualmente existe una generación de adultos que al llegar el momento de retirarse se dan cuenta que es el momento preciso para comenzar de nuevo, sí, en lugar de retirarse a vivir los días de descanso, cuidar de los nietos o cambiar de residencia a un lugar más soleado, se dan cuenta que las habilidades que han perfeccionado a través de los años son perfectas para otro tipo de labor. Y entonces comienzan una segunda carrera, a la tierna edad de 50, 60 o 65 años. (O más, la verdad nunca es tarde).
Muchos adultos han pasado su vida preocupados por algún problema social que su vida laboral no les permite atender, sin embargo al momento de tener más tiempo libre le dan más peso y se acercan a asociaciones que se centran en estas situaciones. Gracias a su formación apoyan de maneras efectivas estas causas. Por otro lado, está el problema que la economía actual presenta, con frecuencia el dinero simplemente no alcanza y eso obliga a las personas mayores a mantenerse activas. Aún si fuera por obligación, esta podría ser una gran oportunidad para que desarrolles esas ideas que dejaste pendientes años antes o que te arriesgues a tomar nuevos aires.
Existe la posibilidad, incluso, de crear nuevas carreras, todo depende de tu inventiva y ganas de seguir adelante. Sin importar la razón que tengas para continuar con el trabajo, el retiro no es el fin de tu vida, simplemente es otra etapa, una muy importante y que podría resultar en algo provechoso, no solo para ti, también para el resto de tu comunidad.
Si esto de comenzar una nueva carrera te llama la atención puedes crear un plan en donde analices todas tus opciones, sabemos que muchas empresas no desean contratar personas mayores, pero tu experiencia, madurez y capacidad de solucionar problemas podrían traerte ventajas. Busca empresas que en tu comunidad contraten gente de tu edad o contacta ese lugar que te interesa para proponerles alguna iniciativa. Ten en cuenta si necesitas un monto en específico para tu vida diaria y pregúntate si es posible que inviertas en capacitación, esto será necesario si deseas cambiar de rumbo, también date la oportunidad de encontrar un trabajo de medio tiempo, es una forma de probar si te agrada el nuevo empleo o si prefieres seguir en la búsqueda.
Gran parte de los adultos que hoy en día se retiran se dan cuenta que tienen mucho por hacer. Puedes comenzar con voluntariados también, esto te dará la oportunidad de conocer el área y saber si esa asociación se dedica a lo que te interesa. No importa lo que decidas, el idea es que no te limites ni creas que algo ha llegado a su fin, al contrario, es momento de comenzar proyectos nuevos, atreverte y aprovechar los beneficios del retiro.