Por Carlos Arturo Moreno
Por primera vez me siento orgulloso de pertenecer al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Confieso que no sentía agrado cuando me preguntaban sobre mi trabajo institucional, quizá por los fantasmas con los que crecí sobre lo que escuchaba del Sindicato. El vínculo que establecí fue más bien de enemistad o de simple indiferencia. Recién me he enterado de la existencia de la página “Activista” y me doy cuenta de que el rumbo del SNTE es otro. Lejos está de ser aquel “elefante blanco” anquilosado del cual los intelectuales hablaban sólo para lanzar vituperios y demás diatribas. Hoy me doy cuenta que el SNTE lleva a cabo una apuesta diferente, que corre por sus venas sangre renovada, que la meritocracia llegó para quedarse, que la creatividad, el deseo, el empuje y las ganas de hacer las cosas bien tienen una ventana y se llama soysnte.mx
Me llena de alegría y regocijo saber de la existencia de un lugar en donde uno como miembro del SNTE puede llevar a cabo reflexiones a partir de su práctica docente, en mi caso, por ejemplo, cómo lleva a cabo su intervención un psicólogo con alumnos ante las barreras para el aprendizaje y la participación.
soysnte.mx es un lugar en donde se puede dialogar y aprender entre colegas que tenemos un deseo en común: una educación de calidad, una pasión por la trasmisión del conocimiento, una apuesta por la verdad, por el proceso epistemológico, en medio de estos tiempos convulsivos en los que vivimos, frente a una transición del poder, en donde el papel de la educación tiene una voz fundamental para dirigir el derrotero de la Nación.
Recién acabo de salir de una reunión de Consejo Técnico Escolar y da tristeza ver y escuchar estrategias anticuadas, dignas de cualquier reclusorio, en donde se privilegia el castigo, la represión y no se opta por elementos que estimulen la creatividad. El camino es largo, la utopía nunca se alcanza, pero sirve para andar. Como dijera Sigmund Freud, la educación forma parte de esos tres imposibles (educar, gobernar y psicoanalizar).
Hay un imperativo categórico en la educación en el México actual en el que vivimos: no es posible continuar la educación de alumnos del siglo XXI con estrategias del siglo XX.
Hoy en día la educación es otra cosa y juntos, de la mano, investigando, proponiendo, innovando, podremos llevar a cabo experiencias exitosas desde nuestra praxis cotidiana.
La educación en México pasa por una crisis, es bueno replantearse cosas, ver la crisis como esa oportunidad de crecimiento. Dejar atrás los paradigmas conductistas y avanzar en el constructivismo, el humanismo, que tanta falta hace en cada una de nuestras escuelas.
Educar es el camino. No hay que perder la brújula. La dialéctica enseñanza- aprendizaje es un placer y como tal hay que asumirlo. Hacerse responsable de lo que a cada uno nos toca, que al final, nuestro país, nosotros mismos, seremos los beneficiados.
*Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la posición de Sala de Maestros.