La maravillosa temporada decembrina, un mes (por lo menos) lleno de luces, fiestas, dulces y canciones navideñas, pero para los maestros suele ser una temporada de locura invernal, porque tienen mil pendientes y deben mantener su espíritu navideño en pie.
Aquí hay una breve lista de situaciones que solo viven los profes, especiales para esta época de abrazos y buenos deseos.
Ya estás cansado de los pastores a Belén…
Diciembre es un mes muy largo, rodeado de luces, árboles y ensayos diarios de pastorelas, coros y niños emocionados por las fiestas, lo cual, usualmente acaba en una repetición infinita de canciones navideñas que, además de escucharlas en la calle todo el tiempo, las escuchas en el salón de clases, en el patio, en los ensayos… ¿No te librarás de ellas?
Organizar y enseñar
Mientras das los últimos detalles a tu complicada lista de pendientes en la escuela, que incluye algunas conversaciones con los padres (que quizá tengan tiempo en esos días), revisar tu usual carga de tareas o exámenes, y ensayar con tus alumnos su actividad de fin de año (sea la que sea te cuesta tiempo y esfuerzo), también comienzas los preparativos familiares, porque tienes llamadas que hacer, pensar en las cenas, los regalos de los niños, la decoración en casa…
Lleno de ternura
Cada vez que tus alumnos salen a ensayar las canciones del festival o lo ves actuar la pastorela, aunado al espíritu navideño, de pronto te ganan las emociones y te dan ganas de llorar. Tus alumnos son tan tiernos, a pesar de las dificultades y que a veces son demasiado inquietos, los ves divertidos y emocionados y te gana la ternura.
Pero a veces…
El problema es que ese sentimiento de ternura que te llena de vez en cuando, pronto se apaga cuando entran al salón y todos están demasiado inquietos, poco concentrados y parece que no volverán a prestarte atención en el salón de clases.
Mientra tanto las tareas
Pero mientras redoblas esfuerzos para organizar tu salón de clases, repasar los contenidos antes de salir de vacaciones, prepararlos para evaluaciones, que exista tiempo para ensayar y aprenderse las canciones, también calificas muchas tareas, algunos exámenes y no te queda más que observar el espíritu navideño desde la ventana, sin mucha esperanza.
Fobia a los virus
Y claro, conforme el frío se asienta cada vez más alumnos caen presas de los virus decembrinos, así que tienes algunos faltistas, pero otros no dejan de ir a la escuela no importa qué. Gracias por el entusiasmo, pero a ti te entra el pánico porque la gripe, las infecciones de garganta y no se sabe qué otras cosas rondan tu salón de clases. Preparado con varios litros de gel antibacterial enfrentas la enfermedad de tus alumnos con valor.
¿Te sientes identificado con alguno de estos fríos momentos? ¡Cuéntanos qué más es propio de la temporada en tu salón de clases!