La empatía es la capacidad de reconocer las emociones y los pensamientos del otro al percibirlo como alguien similar a nostros, pero como un individuo diferente, es decir ponernos en el lugar del otro y actuar desde la comprensión y la compañía, esta es esencial para el comportamiento social, pues es una de las bases de la comunicación.
En momentos difíciles como los que hemos vivido el último año, la empatía es aún más importante, es la única forma en que podremos estar para el otro, acompañarnos y apoyarnos socialmente para superar las dificultades, pero en medio de esa necesidad hemos tenido la obligación de distanciarnos de nuestros seres queridos, dejamos de ver a nuestros amigos y la consigna es el distanciamiento social. ¿Cómo vamos a enseñar empatía a nuestros alumnos si rara vez conviven con sus compañeros o no han tenido la oportunidad de compartir espacio y tiempo con otros niños en todo un año?
Como docentes nuestras preocupaciones son muchas, saber que ellos están trabajando a la distancia y probablemente ya han perdido algo del avance que habían logrado o están quedándose atrás en las materias nos preocupa tanto como saber que están muy estresados, tristes y especialmente solos. Por ello necesitamos estrategias para trabajar los aspectos socioemocionales, que son tan importantes como los académicos.
Ahora más que nunca es fácil sentirse atrapado y perder la perspectiva ante los acontecimientos que nos rodean. Es muy probable que todos o casi todos nuestros alumnos la estén pasando mal de alguna manera, ya sea por un contexto realmente complejo, por el estrés de no poder ir a la escuela, por haber perdido un familiar o por la ansiedad de ver un futuro tan difícil. Aunque algunos estarán en una situación menos amenazante, todos están bajo mucho estrés y reconocer eso es importante. Tanto para ver nuestras emociones como para ver las de los otros.
Para trabajar esto en el salón de clases el primer paso es hablar de emociones, abrir un espacio para que todos en el aula tengan la oportunidad de pensar sobre sus sentimientos, de analizarlos y de reconocerlos. Además, al abrir estos espacios en el contexto de la clase es más probable que se den cuenta de que sus compañeros también sienten y pasan por situaciones similares a las de ellos. Como docentes podemos poner el ejemplo si nosotros mismos hablamos de nuestras dificultades, si admitimos que a veces las emociones son abrumadoras y si identificamos nuestros proceso para ellos, no es necesario crear ambientes de vulnerabilidad, sino espacios seguros.
Así como es importante reconocer nuestras convergencias, también es importante que señalemos que todos somos diferentes, vivimos situaciones muy dispares y esto nos afecta de forma distinta. La mejor forma de trabajar esto es a través de historias, lecturas en las que los personajes pasen por diferentes situaciones, experimentan distintas emociones y tomen decisiones de acuerdo a lo que sienten y al contexto en el que viven. Esto nos permite a todos poner en perspectiva las situaciones de los otros, ser empáticos con los personajes y repensar las emociones que hemos sentido, así como las razones detrás de algunas conductas.
Al mismo tiempo es importante levantar la reflexión sobre las diferencias entre nosotros, no para señalarlas, sino para comprenderlas, pues aunque estemos juntos atravesando una situación difícil de forma global no todas las personas cuentan con los mismos recursos ni tienen los mismos recursos.
Una de las partes más importantes del desarrollo de la empatía es que actuemos de acuerdo a esto, por ello también podemos despertar la chispa de la generosidad en los alumnos, si les ofrecemos la oportunidad de actuar al momento de identificar su simpatía por alguien más o la comprensión de que están pasando por algún momento difícil.
No siempre tenemos a nuestro alcance la posibilidad de organizar actos muy grandes para reunir fondos o para trabajar por alguna comunidad, pero siempre podemos hacer pequeñas acciones conjuntas que aporten algo, desde escribir una tarjeta para desear a alguien que se mejore, hasta encontrar la forma de hacerle llegar sus tareas a un compañero, estas acciones cambiarán cómo se sienten los alumnos respecto a los demás, porque además de despertar comprensión, la empatía también acompañar al otro y hacerle saber que no está solo, aunque pase por algo que nosotros no.
¿Crees que la empatía es importante para tu salón de clases? ¿Cómo la despiertas?