Regularmente, las escuelas son lugares con tiempos perfectamente estructurados, en donde los temarios, los conocimientos que adquirirán los estudiantes, el tiempo que dedicarán a sus tareas y los ejercicios que deberán hacer para aprender están planeados de antemano por las autoridades, los maestros, sus padres y otras personas. Estos elementos son muy importantes para el desarrollo del conocimiento y de diversas habilidades para la vida, pero conforme el mundo ha cambiado, la tecnología ha avanzado y las necesidades han variado, nos damos cuenta de que existen otras habilidades que cada día son más necesarias, pero que muchas veces no tenemos tiempo para desarrollarlas en la escuela.
Creatividad, autonomía, capacidad de investigación y la planeación de proyectos, por ejemplo, son cosas que rara vez vemos en las escuelas, pues nos acostumbramos, como estudiantes, a que alguien más dicte la forma en que se harán las cosas.
El proyecto del 20% busca agregar esos elementos en el salón de clases.
¿Qué es y de dónde salió?
Hace unos años, algunas empresas del mundo tecnológico revelaron algunas novedades en su forma de trabajo que sorprendieron a muchos, entre ellos estaba la libertad que daban a sus empleados de ocupar el 20% de su tiempo en el trabajo para un proyecto totalmente independiente. Esto llegó a la mente de muchos maestros y en poco tiempo surgió una iniciativa para los salones de clases en donde se buscaba algo similar con los alumnos, darles al menos el 20% del tiempo para que los alumnos desarrollen un proyecto que ellos deseen.
¿Cómo funciona?
Designar algunas horas del día o incluso un día a la semana para que los alumnos decidan y trabajen en un proyecto que a ellos les interese, sea cual sea, es así de sencillo. Claro que esto implica algunas dificultades, desde la curiosidad o el entusiasmo de nuestros estudiantes que muchas veces está dormido, hasta la estructura que les hará falta al enfrentar un proyecto que ellos mismos deberán dirigir. Porque se trata justamente de brindarles autonomía y libertad para elegir y llevar su proceso.
Lluvia de malas ideas
Al proponer esta posibilidad, quizá algunos alumnos se sientan entusiasmados al instante, pues tienen ideas que no han podido desarrollar, como escribir una historia, hacer una película o reciclar papel, pero muchos otros, quizá la mayoría, no tendrán ni idea de cómo o qué trabajar, pues nunca han tenido la oportunidad de hacerlo y posiblemente se noten apáticos.
Aquí se puede comenzar con una lluvia de ideas, una que no limite su capacidad de imaginar, por mala que sea esa idea, será nuestro trabajo conducirlos hasta un proyecto realizable y apasionante que despierte todo el poder de su imaginación. Acotar sus alocadas ideas y tal vez redirigir a aquellos alumnos que buscan frustrar las ideas para que ellos mismos se atrevan a innovar.
No sé hacia donde ir
Una vez que los alumnos decidan cuál será su proyecto, lo más difícil será cuando se encuentren perdidos por no saber el proceso que deben llevar a cabo para poder realizarlo, aquí hay una oportunidad de demostrar la importancia de las tareas, la estructura de la escuela y utilizar los conocimientos de las clases, pues eso les ayudará a desarrollarlo. También será una gran oportunidad para conocerlos mejor y trabajar, como maestro, en un formato distinto.
¡Preséntalo!
Otro obstáculo está en el para qué, esos proyectos suelen acabar en apatía cuando los alumnos no ven un objetivo claro, pues están acostumbrados a medir su trabajo en exámenes y calificaciones. Propón una exposición en la que ellos puedan presentar su proyecto y el proceso que vivieron para llevarlo a cabo, no como una exposición común, sino como una conferencia. Adicionalmente pueden tener blogs o cuentas de redes sociales para mostrar su avances al mundo y a sus compañeros, eso incrementará el impacto en la vida real.
¿Qué te parece esta idea? Al volver de las vacaciones de invierno enfrentamos alumnos dispersos y apáticos que no sienten mucho entusiasmo de volver al salón de clases, pero con proyectos como estos podemos hacerlos sentir mucho más felices de volver a clases. ¿Has intentado algo similar? ¡Cuéntanos!