Hemos pasado por un año muy difícil, dejar las aulas y continuar las clases a pesar de la distancia no es nada fácil, además nos encontramos en un contexto muy complicado y nos sentimos constantemente amenazados por las dificultades que hemos atravesado. Esto también lo han vivido los alumnos y enseñarles en ese entorno puede ser muy complicado, pues las prioridades y las necesidades de cada estudiante cambian por completo.
Debemos ser conscientes del trauma que han vivido nuestros alumnos, el estar en casa encerrados, la falta de contacto con sus compañeros, las dificultades que han experimentado en casa, los cambios sociales, todo ello influye en cómo aprenden y en cómo trabajamos en el aula, aunque esta sea virtual o a distancia. ¿Qué ajustes has llevado a cabo para este contexto? Aquí te compartimos algunas ideas.
Aunque es muy importante que sepamos gestionar los debates y todos los temas de los que se habla en el aula, como docentes sabemos que la educación no se trata solamente de saber sumar o de conocer los mapas del mundo. El aspecto socioemocional y el contexto social en el que vivimos forman parte también de nuestras aulas. Es verdad que hay muchas cosas que no podemos cambiar y aspectos en los que no tenemos ningún control como para trabajar con los alumnos, pero sí podemos hablar con ellos de estos temas, abrir espacios de reflexión, darles herramientas para que se sientan con más fuerza y ayudarlos a transitar los momentos difíciles, no solamente para el presente, sino para el futuro, pues esto formará parte de su educación y construcción como personas, estudiantes y ciudadanos.
Tus estudiantes no van a recordar la clase de matemáticas en la que no aprendieron a dividir o las tareas que resolvieron durante la pandemia, pero siempre van a recordar cómo se sintieron en tu clase, el apoyo que recibieron y el crecimiento que tuvieron como personas en tu clase, esto es lo que marcará su desarrollo y los preparará para el futuro. Así que demostrarles lo importantes que son para la clase, poner atención a sus intereses, considerar sus dificultades y ayudarlos a construir una autoestima fuerte es la base de su aprendizaje.
Para aprender todos necesitamos un espacio donde nos sintamos seguros, cómodos, felices y bien recibidos, por ello, hacer del aula un lugar en donde los alumnos puedan expresarse y recibir apoyo en caso de necesitarlo es esencial. Lo mejor que puedes hacer por ellos es demostrarles que sus equivocaciones no implican una desventaja, que sus diferencias los hacen más fuertes y que forman parte del grupo, sin importar los desafíos que han tenido en este último año. Construye espacios de participación para escucharlos y fomenta la reflexión en torno a temas como el bullying y la empatía. ¿Por qué somos diferentes? ¿Cómo me he sentido en momentos de vulnerabilidad? ¿Cómo apoyar a mis compañeros en momentos similares?
Este puede ser un debate complejo para los docentes, muchos alumnos probablemente han perdido familiares o han tenido crisis económicas en casa, con lo que sus recursos se han precarizado, muchos alumnos están en medio de los cambios sociales o se encuentran en contextos muy complejos. Todos estos temas pueden resultar ajenos a las clases, pero muchas veces forman parte de ellas, hablarlos puede resultar incómodo y difícil, pero al dejarlos de lado tenemos niños confundidos, que han embotellado sus emociones o que se sienten en desventaja al no saber que sus compañeros podrían estar en situaciones similares.
Abre el espacio para dar a conocer que estás consciente de todo esto, no necesariamente los niños tendrán que compartir sus experiencias, pero si podemos lograr que se toquen temas como la muerte, el desempleo o los cambios sociales a través de historias, debates, recursos visuales o ensayos personales. Lo importante es la participación, hablar siempre en términos claros para ellos, con empatía y seguridad.
¿Has notado cambios en tus alumnos? ¿Crees que el contexto los ha afectado? ¡Comparte con nosotros tus ideas!