Como docentes, podemos llegar a enfrentarnos con escenarios y situaciones que nos dificulten realizar nuestra labor de la manera que consideramos más adecuada.
Si bien el profesor o la escuela no pueden interferir o cambiar su entorno, es prudente que sean conscientes de él para saber cómo afrontarlo y cómo ofrecerle la mejor preparación posible a sus alumnos en estas circunstancias.
En el mejor de los casos, sólo lo vemos en las noticias. En el peor, es una realidad de todos los días cuando trabajamos en una zona complicada, donde la integridad tanto de los alumnos como de los padres y maestros se pone en riesgo.
A esto se suma que una gran cantidad de jóvenes abandonan sus estudios atraídos, por lo general por la promesa de mejorar sus condiciones de vida.
Y si lo anterior ocurre, es porque la región no les brinda muchas oportunidades de desarrollo. Las familias no siempre logran mandar a todos sus hijos a la escuela, pues los gastos superan sus propios ingresos.
Por lo mismo, los alumnos se ven obligados a trabajar antes o después de la escuela, lo que les impide dar el máximo rendimiento en sus estudios.
En ciertas zonas del país, los habitantes están muy acostumbrados a un modo de vida que no permite alteraciones. Cuestiones del tipo “estudia hasta la secundaria”, “las mujeres no van a la escuela” o “eso no sirve” se replican por generaciones sin permitirse abrirse a otras opciones.
Además, hay muchas regiones cuyas creencias pueden chocar con lo que se enseña en ciertas asignaturas, sin dar posibilidad al alumnado de acceder al conocimiento de forma completa y objetiva.
Al final, aunque el entorno puede dificultar nuestra labor, no se trata de hacer enemigos o buscar culpables. Por el contrario, hay que buscar aliados: si los padres no son un apoyo, busca a otro familiar; si algún compañero crea dificultades, apóyate con el director; y si existe gente que pone en riesgo al alumnado, busca junto con la institución el apoyo de las autoridades.
Es muy importante que en nuestra escuela o en nuestro salón de clases procuremos crear un ambiente de comunidad, en donde los alumnos se sientan seguros, interesados por el aprendizaje, pero también por sus compañeros, en donde puedan expresar sus dudas y saberse escuchados. No siempre podemos incidir más allá del aula, pero si podemos crear el mejor espacio para nuestros estudiantes.
La meta del docente puede llegar a ser complicada, pero siempre hay que buscar la manera de cumplirla de la mejor forma posible. ¿Te has enfrentado a condiciones adversas? ¿Qué estrategias usaste para mejorar la situación?