Dar clases a adolescentes puede ser un gran reto para cualquier docente, pues los cambios físicos y emocionales que atraviesan los jóvenes no siempre se sincronizan de forma beneficiosa para el salón de clases y llegan a crear conductas desafiantes. Los adolescentes pueden ser indiferentes, hirientes e incluso violentos con sus profesores y con sus padres, por ello crear una buena comunicación es necesario para lograr que la educación sea efectiva, además de apoyarlos en su día a día durante esa etapa tan complicada y llena de retos para ellos.
Ante todo, respeto
Un adolescente sabe perfectamente cuando un adulto lo trata con respeto y cuando no, y no se trata solamente de las palabras que elegimos para dirigirnos a ellos, sino del cómo y del por qué, la actitud que tenemos ante sus dificultades y los retos que enfrentan, así como la forma en que trabajamos con ellos en el salón de clases son importantes indicadores sobre el respeto que siente el adulto.
Valida sus emociones y sus preocupaciones
Es muy importante que los adolescentes sepan que sus opiniones, creencias y sentimientos son valorados y tomados en cuenta, pues notan cuando un adulto menosprecia las experiencias del joven. Recuerda que ellos están en constante aprendizaje, conocen el mundo y lo hacen desde una visión distinta de la nuestra. Por lo tanto, escucharlos, entenderlos, valorar lo que piensan o sienten, es vital para abrir el canal de comunicación. Así sentirán que el adulto los toma en cuenta por quienes son.
No están motivados
Es verdad que esto suele ser uno de los retos que con mayor frecuencia señalan los maestros cuando enseñan a jóvenes, la falta de motivación en ellos para casi cualquier actividad y es que parecen indiferentes a cualquier tipo de estrategia en el aula, sin embargo, es muy importante estar atentos, pues aunque los adolescentes se muestran poco interesados en lo que nos parece importante, no significa que no exista algo que los motive.
Para algunos puede ser un videojuego, para otros una película o quizá una relación, pero en la vida de los adolescentes suele haber al menos un tema que los entusiasma a diario, y aunque puede ser extraño o lejano a la materia que enseñamos, ese puede ser el gancho que atrapará su atención o que por lo menos les hará sentir que un adulto se interesa genuinamente en ellos.
Sé consciente de lo que te afecta
Trabajar con adolescentes no es nada fácil, es verdad que pueden llegar a ser realmente crueles o indiferentes, pero es necesario recordar que los adultos en el aula somos nosotros, por lo tanto estar al tanto de las actitudes y las conductas que más nos afectan y las razones de que esto ocurra es muy importante. Para mejorar la comunicación y el vínculo con tus alumnos, primero analiza un poco qué te afecta en el salón de clases, así como quienes, con mayor facilidad, podrían causar que tus emociones se desborden y por qué te pasa esto. Esto te servirá al momento de dar clases, pues te será más fácil mantener el control sobre tus reacciones.
Autonomía
Ya no son niños. Y no les gusta que se les trate como si lo fueran. Al crecer, es normal que busquen aumentar las áreas en las que tienen el control de sus decisiones, así como el radio de privacidad. Ayúdalos a sentirse más libres, dueños de sus posibilidades, al darles proyectos que los impulsen a tomar decisiones, a controlar lo que hacen y por qué lo hacen.
Privacidad
Por otro lado, respeta su privacidad. Si un adulto llega a confiarte algo o descubres algún detalle sobre su vida, es muy importante que mantengas la confidencialidad y el respeto a lo que te dicen, de lo contrario sabrán que no pueden confiar en ti. Hay situaciones que sí requieren la intervención de otros adultos, de sus padres o de sus compañeros, pero en general, siempre discute con ellos las alternativas, su confianza es muy importante.
¿Has logrado abrir una comunicación con alumnos adolescentes? ¡Cuéntanos cuáles son las estrategias que usas!